La presente pandemia del COVID-19 que se vive a nivel mundial ha tomado por sorpresa a las empresas mexicanas de transporte y logística; nadie estaba preparado y ha puesto a prueba su capacidad logística para enfrentar esta crisis, quizá la más grande de los últimos tiempos.
Para José Ambe, CEO de la firma de consultoría Logística de México (LDM) en México, lo anterior ha llevado a muchas compañías a improvisar ante dicho escenario y a reaccionar sobre la marcha, pues 9 de cada 10 empresas carecen de un plan de Recuperación de Desastres (DRP, por sus siglas en Inglés).
En entrevista con Alianza Flotillera, explicó que un DRP ayuda a las compañías a darle continuidad al negocio y a reducir al máximo los efectos de un desastre ante cualquier eventualidad. El objetivo: reanudar rápidamente sus funciones.
“Las compañías están perdiendo tiempo y dinero por no tener un DRP, pues al no contar con las materias primas en su cadena de suministro, se ven en la necesidad de parar la producción y retrasar la entrega de sus productos. Las empresas deben reflexionar que es mejor estar preparadas para algo que nunca sucederá, a que suceda algo para lo que no están preparadas”, explicó.
Por ello recomendó que las empresas deben abastecer su cadena de suministro de a acuerdo a la demanda de los clientes, y realizar un plan de contención de compras para tener sólo lo que se va necesitando (un stock de ocho a 12 semanas) . Así como establecer planes de continuidad de operación, de liquidez y ajustes en la capacidad instalada de las plantas, por ejemplo.
“Hay que considerar que hay empresas que por ahora solo están vendiendo el 20% de lo que tienen, y otras que tienen entregas diarias que son las que están en el sector salud, así que no deben perder de vista solo lo necesario y replantearse sus canales de distribución. Esto mientras pasa la emergencia sanitaria y todo regresa a la normalidad”, apuntó.