Por: Juan Carlos Guzmán / Saraí Cervantes
A las 11 de la noche en pleno junio, el autobús de Anahí y Joel acumula 12 horas varado en la carretera, ya no sienten las piernas y los sudores propios de la temporada han puesto de mal humor a la totalidad de los automovilistas y operadores transportistas que asumieron que un viaje de Querétaro a la Ciudad de México sería una rutina fácil.
Y es que precisamente un viaje en México puede ser todo menos fácil ni rutinario, y hay un sinfín de razones por las que se puede complicar un camino: manifestaciones, tomas de casetas y hasta peregrinaciones. Integre cualquiera de las variables antes mencionadas en una fórmula y tendrá un resultado con un denominador común, la pérdida en muchas facetas: dinero, tiempo y hasta la cordura.
Hablando en términos monetarios, es un hecho que la caja registradora de los transportistas da un reversazo siempre que acontece uno de los tantos cierres que se dan. A decir de los empresarios transportistas, consultados por Alianza Flotillera, una de las principales implicaciones es que se imposibilita cumplir con los tiempos establecidos de los clientes, pues con los retrasos se llegan a duplicar e incluso triplicar.
“En esta región casi todos los transportistas tenemos contratos con compañías que se manejan justo a tiempo, entonces definitivamente es un tema complicado, porque el no llegar a la cita con los clientes nos lleva a tener penalizaciones y muchas veces hasta perderlos”, dice Antonio Rivas, delegado de Canacar en Jalisco y vicepresidente de la zona occidente de la agrupación, quien destaca a los estados de Michoacán y Nayarit como uno de los más conflictivos en términos de cierres y tomas de casetas.
Suena duro ¿verdad?, no puede haber peor consecuencia que la pérdida de un cliente, aunque no es la única. También entra el factor diésel, uno de los principales costos operativos para el transporte. “Gastamos más en combustible, porque el operador aumenta el consumo de diésel al apretar más el acelerador con el fin de llegar con el embarque en el menor tiempo posible”, cuenta Juan Pablo Aguinaco, director general de AV Transport.
Pongamos otra raya al tigre, un cambio de ruta implica también que el diésel se derrame como agua entre los dedos, ya que cambiar una ruta por un cierre implica incrementar el kilometraje que se debe recorrer, tal como comenta Rivas.
Las tomas de casetas es otra de las piedras en el zapato que pueden tener transportistas, cuya principal problemática se presenta con pagos dobles: el que ya se tiene pagado con el llamado “tag” y el que cobran los manifestantes para “financiar” su causa y dejar fluir el tránsito, además de que es difícil calcular costos operativos y comprobar gastos, coinciden algunos de los transportistas consultados.
Un curita para la hemorragia
Pese a los incrementos en los costos, es claro que el hecho de tomar medidas es incluso un escenario optimista, tal como comenta el delegado de Canacar en Querétaro, Raúl Barrón: “Es difícil prevenirse cuando muchas veces los cierres se dan de forma intempestiva”.
En términos de prevención y acción, el delegado en Jalisco afirma que la mejor medida es el monitoreo de las vías en todo momento, además de la unión y constante comunicación entre transportistas, misma que muchas veces se hace extensiva hacia los clientes.
Eliab Llamas, director general de Transcar Servicios de Carga, señala que ante estas situaciones han implementado un área de ejecutivos de cuenta que monitorean constantemente cada uno de los pedidos y mantienen a sus clientes informados sobre sus embarques a fin de aplicar los protocolos en caso de alguna incidencia.
Si bien se toman muchas medidas para paliar y prevenir las consecuencias de los cierres, esto sólo puede ser una bandita para tapar una hemorragia. En este sentido los transportistas coinciden en hacer un llamado a las autoridades para tomar medidas tanto de seguridad como para evitar que se realicen cierres o tomas de casetas.
Para el delegado de Canacar en Jalisco, más allá de las medidas que tomen las empresas, quienes realmente deberían tomar acciones son las autoridades competentes, por lo que hace un llamado a que se garantice el libre tránsito.
“Es frustrante ver cómo algunos grupos bloquean las vías federales de comunicación, generan caos, afectan el abasto de mercancías y de personas, sin que las autoridades hagan algo”, señala el director de AV Transport.
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