Maite Ramos Gómez, presidenta de la Comisión de Movilidad de la Confederación Patronal de la República Mexicana, (COPARMEX), señaló durante el séptimo Congreso Internacional de Transporte que: “Hay que pasar del diagnóstico a la acción y los que toman decisiones necesitan bajarse del coche y subirse al transporte público pero en condiciones reales, no para la foto”.
Tras advertir que uno de los mayores problemas radica en la distribución desigual de recursos para proyectos de transporte público, Ramos Gómez estima que no hay voluntad para aumentar esa inversión ni para asumir los costos políticos que pudieran representar.
La representante del sector empresarial reconoció que los problemas de congestionamientos y falta de movilidad, en mayor o menor medida han dejado de ser problemas de las grandes ciudades y cada vez están más presentes en urbes pequeñas y medianas, recordó el caso de la Ciudad de México donde los problemas de congestionamiento vehicular son tales que han colocado a la metrópoli como la segunda en el mundo con los peores problemas de tránsito.
Aludiendo al Índice de Tránsito Tom Tom, la empresaria subrayó que la Ciudad de México ocupó la segunda posición del ranking, sólo por debajo de Estambul, con índices de congestionamiento vehicular que van de 55 por ciento a 89 por ciento en horas pico.
Desde este enfoque, Maite Ramos enfatizó que a causa de los congestionamientos viales el nivel de competitividad de la ciudad es seriamente afectado, perjudicando también los niveles de vida, estado de salud, condiciones ambientales y número de accidentes, factores que no han sido contabilizados pero tienen un impacto directo en la productividad de las ciudades, generando una pérdida casi del 4 por ciento del Producto Interno Bruto (según cálculos del ITDP).
De acuerdo con la especialista, la falta de criterios sólidos para asignar recursos al transporte público y a manera de ejemplo señala que aun cuando Metrobús desplaza mayor número de pasajeros recibirá menos presupuesto que Ecobici siendo considerablemente menor el número de usuarios de este programa.
Finalmente expresó a nombre de Coparmex el deseo de contar con una ciudad más productiva, con mejor calidad de vida, una ciudad hecha para las personas y no una ciudad hecha para el auto.