| Para llegar a sustituir un cinco por ciento del diesel por biodiesel en el país, se requiere una inversión de tres mil 100 millones de pesos. |
 La aprobación en el Senado de la República de la Ley de Promoción y Desarrollo de los Bioenergéticos, la cual establece una opción para desarrollar formas de obtener combustibles distintos de los procedentes de hidrocarburos no renovables, hoy en día marca la nueva era de los vehículos a biodiesel.
De ahí la importancia de los esfuerzos que hoy predominan en México por producir este nuevo combustible en beneficio del transporte y la población. |
Alberto Cárdenas, titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), sostiene que entre un 30 y 50 por ciento de etanol podría producirse a partir de la caña de azúcar y el resto de otros cultivos como la yuca, la remolacha, el sorgo dulce y la higuerilla.
Afirmó que el gobierno federal presentará en los primeros 40 días de este año, el proyecto para desarrollar bioenergéticos como el etanol y biodiesel, cuyo plan no afectará la producción de cultivos destinados a la alimentación de los mexicanos ni el medio ambiente.
Para muestra, el Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, estimó que para el fin de su administración en 2012, se destinarán cerca de 300 mil hectáreas dirigidas a la producción de biocombustibles, Superficie que representa un 1.4 por ciento de las 21 millones de hectáreas cultivables en todo el país.
Inversiones en México
Un análisis coordinado por la Secretaría de Energía en 2006, advierte que la producción de biodiesel a escala comercial puede ser factible en el país.
Explica que será necesario llevar a cabo acciones integrales que deberán incluir aspectos técnicos, económicos y medioambientales, de concertación con el sector agrario y agroindustrial, así como un esfuerzo importante en investigación y desarrollo tecnológico.
Así, el documento “Potencialidades y viabilidad del uso del bioetanol y biodiesel en el Transporte en México”, patrocinado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la GTZ (Cooperación Técnica Alemana, por sus siglas en inglés), muestra que en todos los casos, los precios de la manufactura del biodiesel son mayores que el costo del diesel comercializado por Petróleos Mexicanos (Pemex).
Detalla que para llegar a sustituir un cinco por ciento del diesel en el país, será necesario instalar 10 plantas industriales con capacidad de 100 mil toneladas por año cada una, o más de 140 plantas pequeñas con capacidad de cinco mil toneladas anuales cada una.
Las inversiones estimadas para llegar al escenario de cinco por ciento de biodiesel, alcanzan tres mil 100 millones de pesos, puesto que cada planta industrial de gran escala tiene un costo unitario de 311 millones de pesos.
Frente a este panorama, Brasil lleva 30 años de ventaja en producción de biodiesel extraído de caña de azúcar, y Estados Unidos fomenta con subsidios por siete mil millones de dólares anuales su producción a partir del maíz.
Hasta el momento en México, inversionistas brasileños ofrecen participar en proyectos integrales de caña de azúcar o proveer equipos y tecnología.
Por su parte, agricultores de Sinaloa, que cosechan más de cinco millones de toneladas de maíz blanco, han realizado una estrategia de apoyos a las exportaciones de excedentes y su uso en la elaboración de bioenergéticos y pasta vegetal con 26 por ciento de proteínas.
Condiciones
A decir de Juan Cortina Gallardo, director general del Grupo Azucarero México (GAM), los proyectos y las inversiones dirigidas a la producción de etanol a base de caña que algunas empresas tienen listos desde hace meses, no se pondrían en marcha hasta que existan las condiciones para crear un mercado interno de biocumbustibles.
El directivo de GAM, empresa que tiene planeada la construcción de una planta de etanol en el ingenio de Tala, Jalisco, con una inversión de 40 millones de dólares de recursos propios, subrayó que el principal obstáculo para desarrollar una industria nacional de biocombustible, es la oposición de Pemex a utilizar etanol como oxigenante de las gasolinas.