Hoy en día, los autobuses rompen con todos los conceptos tradicionales, debido al desarrollo innovador de su carrocería, donde la imagen y sus funcionalidades juegan un papel primordial.
Debido a las necesidades crecientes del mercado, la fabricación de autobuses en el país ha evolucionado exponencialmente, donde el diseño aerodinámico y la tecnología en su funcionamiento son aspectos principales.
De hecho, a diferencia de otros medios de transporte, el autobús es uno de los vehículos que más modificaciones ha tenido a lo largo de su historia.
Ese rápido desarrollo, ha llevado a los productores de carrocerías para este segmento, como Irizar, Comil, Busscar, San Marino y Polomex, entre otras, a desarrollar nuevos diseños, funcionalidades y aprovechamiento de espacios, acordes con las necesidades del mercado.
Además de que las carrocerías hacen a los autobuses atractivos, mejoran el desempeño aerodinámico, lo que también se traduce en ahorros significativos en el consumo de combustible.
Por estas y otras ventajas, actualmente los fabricantes carroceros para autobuses que participan en México prevén anualmente ligeros crecimientos en sus niveles de producción y aumentos en sus inversiones para atender una demanda creciente de unidades.
Datos de la industria señalan que durante el 2008 se fabricaron entre mil 800 y dos mil carrocerías; mientras que en 2007 la cifra fue de mil 400, lo que significa un notable avance para este sector.
Fabricación óptima
Para lograr resultados tanto en tecnología, seguridad y confort, entre otros aspectos, los autobuses están ensamblados por un sistema de componentes que conforman el núcleo sustancial.
Cada solución, es elegida por cada armadora, que debe dar como resultado final: un autobús con tecnología de punta, con capacidad de transporte, confort, calidad y la economía total que son necesarios para poder competir en el mercado actual de la transportación de pasajeros.
Los autobuses que en sus carrocerías cumplen con esos elementos, son vehículos que a primera vista llaman la atención por su aerodinámica diferente.
La mayoría de las carrocerías de estos autobuses son de aluminio de tipo monocasco, lo que agiliza su fabricación y el mantenimiento, además de permitir varias veces su reciclaje.
Es importante resaltar que en dichas cabinas no hay chasis separado en el sentido tradicional. En su lugar, se emplean módulos de chasis. La carrocería también es modularizada para permitir la producción de diferentes configuraciones.
A decir de Rocío Cascajo Jiménez, investigadora española del Centro de Investigación del Transporte (Transyt), el propósito de poner en funcionamiento estas tecnologías en las carrocerías es mejorar la imagen del sistema de autobuses, así como perfeccionar e incrementar la demanda del servicio.
Sin embargo, aseguró, el principal interés de las marcas de autobuses es mejorar el confort, la seguridad y la rentabilidad de la tecnología implementada, y con ello satisfacer las exigencias de los usuarios.