De acuerdo a un documento publicado por la Organización Mundial del Comercio (OMC), la crisis que ha generado la emergencia sanitaria del COVID-19 provocará caídas del 13% o hasta el 32% en el comercio de mercancías y exportaciones en el mundo, previendo que la situación mejore para el 2021.
Esto último solo sera posible si la respuesta política es adecuada y si el brote del coronavirus logra cesar, por lo que el futuro es muy incierto, según la organización.
“El inevitable descenso del comercio y de la producción tendrá dolorosas consecuencias para los hogares y las empresas, aparte del sufrimiento humano causado por la propia enfermedad.”
Cabe destacar que el comercio de mercancías ya presentaba una contracción en 2019, pero la OMC prevé que la situación sea peor a la crisis del 2008 ya que habría caídas de dos dígitos en todas las regiones del planeta.
Esta caída golpeará más fuerte a las cadenas de suministro complejas, como la automotriz y la de electrónicos y a la de servicios, por las restricciones impuestas por los gobiernos para evitar contagios del virus.
“El objetivo inmediato es controlar la pandemia y mitigar los daños económicos a las personas, las empresas y los países. Sin embargo, los encargados de la formulación de las políticas deben empezar a planificar la etapa posterior a la pandemia,” dijo el Director General de la OMC, Roberto Azevêdo.
Perspectivas a 2021
La crisis del COVID-19 es muy similar a la crisis del 2008, en el sentido de que gobiernos han intervenido a través de la política monetaria y fiscal para contrarrestar la recesión, pero diferente, ya que la gente se ha tenido que resguardar en sus hogares cerrando sectores enteros, como nunca antes había sucedido.
Es así que se prevén dos futuros: “1) una hipótesis relativamente optimista según la cual se registrará un acusado descenso del comercio al que seguirá una recuperación a partir del segundo semestre de 2020, y 2) una hipótesis más pesimista según la cual se registrará un descenso inicial más pronunciado y una recuperación más prolongada e incompleta”.
“Con todo, una recuperación rápida y vigorosa es posible. Las decisiones que se adopten hoy determinarán la configuración futura de las perspectivas de recuperación y crecimiento mundiales. El comercio será un componente importante en este sentido, junto con la política fiscal y monetaria. Para reactivar las inversiones que necesitaremos será fundamental que los mercados se mantengan abiertos y sean previsibles, y fomentar un entorno empresarial más favorable en general. Si los países colaboran, veremos una recuperación mucho más rápida que si cada uno actúa por su cuenta.”