Los motores a diésel han sido diseñados para ofrecer un alto rendimiento en términos de potencia, economía y durabilidad; características que los convierten en la opción preferida de los fabricantes de vehículos pesados y equipo industrial para satisfacer la demanda de usuarios exigentes.
La función del sistema de enfriamiento es la de regular la temperatura de partes críticas del motor además de proteger sus componentes:
Derivado de su complejidad es necesario darle el mantenimiento adecuado y realizar verificaciones periódicas del estado de cada uno de sus componentes y del funcionamiento. Esto es más crítico en los motores diésel de fabricación más reciente ya que estos generan potencias elevadas, son más eficientes en cuanto al rendimiento y durabilidad; además de que utilizan nuevos sistemas de enfriamiento en los cuales la norma es operar a temperaturas más elevadas y con mayor eficiencia en la transferencia de temperatura.