La pandemia del COVID-19 ya tiene una nueva víctima: las cadenas de suministro. El surgimiento de este virus provocó que la industria maquiladora y manufacturera de nuestro país, y de otras naciones del mundo, realizarán ajustes en sus líneas de producción, por ejemplo, reducción de jornadas laborales, provocando falta de surtido de materias primas y de distintos insumos provenientes de China.
De acuerdo al Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (INDEX), en México, dicha situación afectó las líneas de producción lo que ha provocado pérdidas de dos mil millones de dólares, al cierre de esta edición.
El mismo INDEX señaló que el 45% de las empresas reportaron falta de insumos de China y la región de Asia, el 28% indicó que tuvieron retrasos en el cumplimiento de sus contratos. Los insumos que faltaron en la producción fueron partes electromecánicas, microchips y circuitos integrados, entre otros.
El coronavirus puso en alerta a grandes compañías multinacionales de distintos sectores e industrias. Nadie quedó exento. Las armadoras de vehículos, por ejemplo, anunciaron paros en la producción en Norteamérica principalmente por falta de componentes y la dificultad para trasladar los modelos a los mercados de exportación.
“No sabemos de qué tamaño es el monstruo. Esta situación no sólo ha afectado las cadenas de suministros, sino que ha venido a meter mayor presión a la situación económica mundial. Vienen reacomodos más grandes, desabasto de productos y una escalada de precios si la situación se complica más”, advirtió Jesús Campos Cortés, vocero de Apics Capítulo México.
Para el especialista los efectos de la pandemia se podrán ver en los meses de abril y mayo, una vez que haya pasado la emergencia sanitaria y que los gobiernos de distintas partes del mundo hayan podido controlar el contagio.
Iniciativa y apoyos
Para algunos especialistas lo que urge, ante una situación de este tipo, es que el gobierno federal defina esquemas que ayuden a empresas del sector transporte a enfrentar el problema. El objetivo: evitar la mortandad de empresas.
La Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), a través de un comunicado, le solicitó al gobierno acelerar los procesos de devolución de impuestos, en particular del Impuesto al Valor Agregado (IVA).
Asimismo, la cúpula empresarial también pidió la suspensión temporal de actos de fiscalización, el establecimiento de estímulos fiscales y la suspensión temporal del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a gasolinas y diésel.
Por su parte la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (CANACAR) urgió instalar un comité interinstitucional para actuar con medidas de sanidad y así evitar contagios, así como el involucramiento de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
Refugio Muñoz, vicepresidente ejecutivo de la CANACAR, dijo que la cámara propuso llevar a cabo el programa para garantizar el abasto, enfrentar la emergencia sanitaria y mantener el empleo, a través del cual busca asegurar la entrega de productos en momentos críticos.
Indicó que dicha iniciativa contempla cuatro acciones; la primera es lograr la coordinación con dependencias de gobierno como la SCT, así como la de Seguridad y Protección Ciudadana, Economía y Hacienda, la Guardia Nacional, gobiernos estatales (a través de la CONAGO) y cámaras y asociaciones que agrupen a los usuarios y prestadores de servicio.
El segundo y el tercer punto contemplan acciones en materia de salud y seguridad para el establecimiento de protocolos al interior de las empresas que ayuden a garantizar la sanidad en la cadena de suministro y atención inmediata para atender el robo de enseres, por ejemplo.
Con el cuarto punto la CANACAR busca, junto con el sector público, establecer incentivos fiscales y financieros que le permitan a las empresas de transporte contar con el suficiente flujo económico para seguir operando.
El reto
Pero mientras los apoyos llegan y las iniciativas se implementan, especialistas advierten, que las empresas también tienen que poner énfasis en resolver los problemas legales que trajo esta crisis sanitaria por el incumplimiento de contratos.
Para René Nájera, socio en Riesgo Estratégico de la firma de consultoría Deloitte, si bien en situaciones como esta suele haber flexibilidad, las compañías tienen que contemplar sus compromisos y valorar si hay una afectación a terceros.
“Ante una eventual suspensión en la cadena de suministro, las compañías también deben analizar sus procesos logísticos, así como la situación de sus proveedores críticos, a fin de detectar amenazas dentro de cualquier eslabón de los procesos productivos”, puntualizó.