El genio de un niño dio origen a una de las compañías más grandes en la creación y desarrollo de motores. Cuenta la historia que Clessie Lyle Cummins, quien nació en 1888, fabricó su primera máquina de vapor a los 11 años.
Como todo un autodidacta, desde muy joven demostró su pasión por los vehículos, incluso fue parte del equipo de mecánicos del piloto Ray Harroun y, con sus sugerencias, en 1911 ganaron las 500 millas de Indianápolis.
Fue hasta 1919 cuando con la ayuda del banquero William G. Irwin, Clessie fundó Cummins Engine Company en Columbus, Indiana. La pasión de Clessie y la visión de Irwin Miller, nieto de William, impulsaron el desarrollo de la compañía fuera del país.
Actualmente, más de la mitad de las ventas de Cummins se realizan fuera de Estados Unidos y posee más de 48 mil empleados en todo el mundo.
Cummins le rinde homenaje a su fundador, un pequeño gigante apasionado por las máquinas y los motores.