La creciente demanda de productos en las grandes urbes, la distribución y/o recolección de mercancías actualmente enfrenta una serie de retos: por una parte, la llegada tiempo al destino final; y por otro, el mantener una flota vehicular eficiente, que arroje bajos costos operativos y apoye la reducción de emisiones contaminantes.
De hecho, el aumento de la demanda de bienes y servicios es un hecho ineludible, las ciudades requieren trasladar mayores insumos para satisfacer sus necesidades. Es por ello que el transporte es un eje fundamental de las actividades económicas del país.
No obstante este sector, representa actualmente el 20 por ciento de los GEI del total nacional, con 144.6 MtCO2e emitidas en 2006 y se espera que aumenten 57 por ciento al 2030 de no modificarse la tendencia actual.
Según los expertos, entre 1996 y 2010, el parque automotor de México prácticamente se triplicó, pasando de 8 millones a casi 25 millones; en el 2011, se vendieron más de 900,000 vehículos ligeros nuevos, un millón de vehículos ligeros usados y 40,000 vehículos pesados.
Refieren que el autotransporte también destaca por la cantidad de combustible que se utiliza para desplazarlo y la exposición de la población a sus emisiones, en especial en las zonas urbanas.
Por esta razón, se espera que los próximos 20 años, los kilómetros-vehículo recorridos, la edad promedio del parque vehicular y las emisiones siga en aumento en virtud del crecimiento económico y poblacional del país.
De hecho, aproximadamente dos terceras partes de la flota de autotransporte federal superan los diez años de vida, lo que implica baja eficiencia, mayor consumo de combustibles y mayores emisiones de contaminantes criterio y GEI.
Desempeño
Según el Índice de Desempeño Logístico 2010 del Banco Mundial, México se encuentra en el lugar 50 del mundo en transporte internacional, con 3.05 puntos, a 65.7 por ciento del primer lugar, Alemania.
En este sentido, advierten, en México, el reparto modal del transporte de carga es muy asimétrico, desde 1990 el transporte de carga por carretera ha sido intensificado, desplazando la integralidad del transporte de carga intermodal, ya sea ferroviario o marítimo, según datos del Instituto Mexicano del Transporte, según datos publicados por el IMT.
De esa manera, en México se moviliza por carretera alrededor del 60 por ciento de todas las cargas que se envían al extranjero y poco más del 86 por ciento de la carga doméstica.
La baja competencia en el sector y la relativa escasez de infraestructura para cadenas de transporte intermodales, hacen que México tenga un sistema logístico caro como porcentaje del PIB: los costos totales logísticos en el país alcanzan al 15.3 por ciento del PIB, similares a los niveles registrados en Brasil (15.0 por ciento) y España (14.7 por ciento).
Modificaciones
Esas condiciones de mercado, han modificado significativamente las características de la demanda de bienes y servicios, así como los esquemas de distribución física de las mercancías y las condiciones de entrega, siendo la reducción de costos logísticos esenciales para su éxito
Para tal efecto, en los últimos años, sobre todo en ciudades de países desarrollados, para cumplir con esos puntos, se han implementado una serie de medidas, como son: plataformas logísticas, corredores urbanos de transporte de carga, regulación del transporte urbano de carga, uso de Sistemas
Avanzados de Información sobre el Transporte (ATIS, por sus siglas en inglés), entre otras acciones
En México, según el Estudio Integral Metropolitano de Transporte de Carga y Medio Ambiente para el Valle de México (EIMTCA-MAVM), realizado por el Laboratorio de Transporte y Sistemas Territoriales (LTST), de la Coordinación de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en materia de transporte se impulsan una serie de acciones, destacando: Incrementar la frecuencia de las entregas; reducir el tiempo de entrega; incrementar la capacidad de respuesta; utilizar en mayor medida tecnologías de información; y Mayor flexibilidad en las condiciones de entrega.
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