Javier Valadez, director de operaciones de PACCAR México, señaló que el país tiene diferentes escenarios, pues en la manufactura de autos eléctricos está muy adelantado, pero falta trabajar en el mercado interno para su adopción.
En su análisis reconoció que tienen unidades eléctricas y centros de carga, que trabajan para crear celdas de hidrógeno y también investiga el uso de combustibles más limpios como el Diésel de Ultra Bajo Azufre, así como el gas natural vehículos, pero ¿Cómo pinta el futuro en el corto, mediano y largo plazo?, cuestionó.
Señaló que el gran reto en la electrificación del transporte de carga es el peso de las unidades. Un vehículo de diésel pesa 8.1 toneladas, mientras que un camión eléctrico 17.2 toneladas, por su parte un camión con celdas de hidrógeno tiene un peso promedio de 10.4 toneladas, por lo que las armadoras y los transportistas deben buscar una manera rentable para que el cambio tecnológico sea eficiente para la flota.
Entre los retos que enfrenta el sector están el efecto látigo, optimización de las líneas de producción, reconfiguración del portafolio de especificaciones, evaluación de la rentabilidad de la producción y el nearshoring, manifestó, Javier Valadez, durante el Congreso Internacional de la Industria Automotriz en México.