Por Sonia Vázquez / Mireya Peralvillo
Desgaste acelerado del motor, formación de depósitos (hollín) en la cámara de combustión, daños a los sistemas de control de emisiones y sobre esfuerzo en el cigüeñal y bielas, son sólo algunas de las consecuencias por utilizar combustible adulterado, mejor conocido como huachicol, advierten especialistas.
De acuerdo con la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (Conuee) cambiar o modificar el combustible del auto o camión, afecta gravemente la vida del motor, con consecuencias irreversibles que se traducen en pérdidas de dinero y tiempo.
Lo anterior es un problema común que afecta a las empresas de transporte de carga sin distinción, ya que algunos operadores adquieren huachicol por ahorrar unos cuantos pesos.
Aunque de acuerdo con expertos, el hombre-camión reporta un mayor número de incidencias al no contar con sistemas de tecnología que reporten descargas u ‘ordeñas’ de combustible en sus vehículos.
¿Cuáles son las partes que se afectan y cuánto cuesta repararlas?
La falsa idea de ahorrarse unos cuantos pesos al reemplazar o rebajar un combustible por otro; tiene su efecto cuando el número de fallas y el costo de la reparación impacta en el bolsillo del transportista.
El sistema de inyección es el que sufre más daño. En un sólo viaje de mil 300 kilómetros, con una carga de 70 toneladas, puede presentar graves fallas y si, aunado a ello, el vehículo no ha tenido mantenimiento preventivo, el proceso se acelera.
Práctica común
El problema de utilizar combustibles sucios no es algo nuevo, Marco Galindo, gerente de área en Robert Bosch México, afirma que la red de servicios Bosch Diésel Center que posee la firma en el país ha detectado fallas en los motores por el uso de combustibles sucios, por lo menos desde hace 15 años.
Cerca del 25% de las reclamaciones que recibe la red de servicio diésel instalada en el país, se derivan por la mala calidad del diésel, convirtiendo este tipo de fallas en algo frecuente dentro de los negocios.
Para Jesús Hernández, ingeniero de servicio de Dacomsa, tres de cada cinco reclamos al mes que reciben por parte de sus clientes en piezas de componentes para motor, están relacionados con el uso de combustibles de mala calidad.
Luis Eduardo García, director general de Cremsa, negocio especializado en la rectificación de motores a diésel, dijo que, al ser una práctica generalizada en la industria del autotransporte, las pequeñas empresas deben evaluar los riesgos de emplear combustibles de mala calidad.
“Los combustibles en México no son de la mejor calidad que quisiéramos para obtener un mejor rendimiento en las flotillas. Las flotillas sólo sufren un desgaste prematuro porque tienen programas de mantenimiento preventivo. Situación que es diferente para el hombre-camión”, precisó.
Huachicol
Inicialmente fue concebido como bebida alcohólica adulterada. En México, se utiliza para nombrar al combustible (gasolina o diésel) adulterado o robado. Las personas que se dedican a la actividad ilícita de robar y adulterar combustible y bebidas alcohólicas en México se conocen como ‘huachicoleros’.
Dependiendo de la región del país, el precio del huachicol va de 6 a 15 pesos, el costo varía dependiendo de qué tanto le cuesta a los ‘huachicoleros’ conseguir el combustible. En las gasolineras del país, el promedio nacional del precio del diésel por litro, al cierre de esta edición, es 20.33 pesos.