El efecto Kyoto en la flotilla mexicana

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El Protocolo de Kyoto es un acuerdo internacional cuyo principal objetivo es desacelerar la velocidad del cambio climático por medio de la reducción de emisiones de gases efecto invernadero.

Como un objetivo adicional, las inversiones y los proyectos ambientales generarán vías de Desarrollo Sustentable entre los países miembros del mencionado acuerdo ecológico.

* Lic. José Luis Marín Ortega

En términos generales, al hablar de la reducción de emisión de gases efecto invernadero, se piensa en fuentes fijas (hornos, quemadores, etc.), sin embargo, es importante mencionar que las fuentes móviles (vehículos), también representan una gran oportunidad de reducción, en especial aquellos vehículos con aplicaciones de uso intensivo, como es el caso de la flotilla de distribución urbana y suburbana.

El caso mexicano

México además de ser uno de los 157 países miembros del Protocolo de Kyoto, tiene una posición de privilegio entre los países con esquemas de reducción voluntaria para el período 2004 al 2012. Los expertos internacionales han seleccionado iniciar la promoción de sus inversiones en proyectos ambientales en aquellas economías miembros que representen el máximo rendimiento ecológico, es decir, que con el mínimo de inversión, generen el máximo de reducción de emisiones.

El análisis de los expertos incluyó estabilidad económica, infraestructura, ambiente de negocios, normatividad y nivel actual de la técnica ambiental. Pesados estos factores en el costo de mitigar una tonelada de bióxido de carbono, así como el costo para desarrollar un proyecto, en la Gráfica A se muestra el componente final que es el costo integrado por la reducción de una tonelada de “Carbono Equivalente”

De este análisis se desprende que los países más rentables para proyectos ecológicos son: China, India, México y Brasil.Es por esto que en los últimos días, hemos sido visitados por todo tipo de organizaciones internacionales, interesadas en participar de alguna manera en proyectos ambientales en nuestro país.

El efecto carbono

Hay 35 países cuyo compromiso específico es el de reducir sus emisiones de gases efecto invernadero a niveles menores en 5.2 por ciento a los que tenían en 1990. Esto a realizarse entre 2004 y 2012. Siendo el efecto invernadero, un fenómeno global, en realidad no importa en que parte del mundo se reduzcan las emisiones, por lo que en el Protocolo de Kyoto, se permite a estas 35 economías invertir en proyectos en otros países miembros y considerar las reducciones logradas como propias. En este contexto, desde 2004 se ha venido formando un nuevo mercado internacional, el cual comercia en emisiones; para ser exactos en toneladas de bióxido de carbono o para hacerlo más práctico en bonos de carbono (ver figura-1).

Así podemos decir que al desarrollar un proyecto ambiental capaz de reducir una tonelada de emisiones de bióxido de carbono en un año, hemos generado un bono de carbono, el cual podemos realizar en el creciente mercado internacional de Bonos de Carbono (Madrid, Londres, Sydney, etc.).

Los tipos de proyectos ambientales

Los proyectos ambientales se pueden clasificar en el esquema mostrado en la Gráfica 2.

En el caso particular de la flotilla de distribución, los proyectos caen en la categoría de “Mitigación” y ambas subcategorías son viables. En el caso de un proyecto de “Cambio de Combustible”, podemos escoger el uso de un combustible más ecológicamente amigable (por ejemplo: cambiar de diesel a biodiesel). Para la subcategoría de “Eficiencia de Operación”, podemos desarrollar un nuevo programa de mantenimiento que permita mejorar el rendimiento de combustible de nuestras unidades. En ambos ejemplos, el resultado neto en nuestro inventario de emisiones, será una disminución de gases de efecto invernadero.

Un efecto sustentable

En el esquema descrito, los proyectos ambientales derivados de los compromisos contraídos por las 35 economías avanzadas, generarán inversiones, fuentes de trabajo y desarrollo sustentable en los países miembros del Protocolo de Kyoto, cuyas condiciones de costo-país los hagan atractivos a esos “Capitales Verdes”, cómo es el caso de México.

Pero ¿qué da sustentabilidad al Protocolo? ¿Especialmente cuando algunos países desarrollados (como es el caso de Estados Unidos), no se deciden a adoptarlo?

No toma mucho análisis, basta con ver las noticias y darnos cuenta de los efectos del cambio climático en el globo terráqueo. Las marejadas, los ciclones y otras perturbaciones climáticas; además de haber forzado el pago de fuertes coberturas, han hecho que las compañías de seguros se den cuenta de la dimensión y velocidad del cambio. Las organizaciones ambientales tenían años anunciándolo (el tema se empezó a tratar en la ONU desde 1937), pero como siempre, se requirieron razones económicas para que el resto del mundo reaccionara. Ahora, apoyado por un esquema de incentivos económicos, con 157 países comprometidos a su desarrollo y con un mayor nivel de conciencia mundial; el cambio climático en el formato del Protocolo de Kyoto, trae a economías como la mexicana nuevas oportunidades de desarrollo. El reto para la administración de flota, es cómo lograr que esos beneficios lleguen a la flotilla mexicana.

Autor:
* Lic. José Luis Marín Ortega
Socio Responsable de la Práctica
Derecho Ambiental y Cambio Climático
[email protected]

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