En el contexto general de la empresa transportista, la administración de la flota juega un papel primordial, sobre todo en esta época económica mundial, ya que al asignársele un presupuesto debe manejarse en forma eficiente y eficaz para cumplir con los objetivos que se le marquen.
Pero… ¿En manos de quién está el presupuesto? La respuesta no es fácil.
Analicemos la participación y responsabilidad de cada uno de los niveles dentro de una estructura promedio de la administración de flotilla:
- Gerente de administración de la flotilla (o como se le nombre de acuerdo a la estructura de cada empresa): Se encarga de presupuestar sus gastos del año mensualmente y por partida o cuenta, tomando su histórico o en base cero o como lo tenga establecido, da seguimiento periódicamente a su presupuesto comparándolo con su gasto real para corregir las desviaciones que se presenten.
- Jefe de taller (o de flotilla): Con base en los programas de mantenimiento preventivo y en el análisis del mantenimiento correctivo, aplica el presupuesto que se le asigna
- Supervisor de talleres internos y externos: Coordina las reparaciones y confirma o corrige los diagnósticos de fallas hechos por los operarios o mecánicos.
- Operario o mecánico de taller interno o externo: Al asignársele una reparación, hace su diagnóstico y aplica la regla de “LICA” (Limpieza-Inspección-Cambio o Ajuste).
- Compras-Almacén: Se encargan de mantener la calidad de las refacciones y su resguardo, el cual tiene un impacto directo en los costos por la relación calidad-precio, que influye directamente en la frecuencia de cambio, así como los costos adicionales y ocultos que tienen que ver con la mano de obra y la interrupción de la ruta.
- Conductor de la unidad: La correcta operación favorece el control de los costos de la flotilla y la capacitación a los operadores, un renglón indispensable en la administración de las unidades.
Diagnóstico certero
Les comentaré una vivencia personal y una película reciente:
Resulta que a mi camioneta le escuche un zumbido en la transmisión o en el diferencial y la llevé al mecánico de cabecera, a quien le pedí escuchara el ruido y, después de hacerlo, desarmó la transmisión y me indicó que era necesario cambiarle un balero de la flecha de mando, hecho que se llevó a cabo.
El zumbido persistió y la desarmó nuevamente y me indicó que era un balero del tren de engranes. Se le cambió y el zumbido persistió. “Es el diferencial”. Lo desarmó y se le cambiaron los baleros del piñón y la corona y el zumbido aumentó. Posteriormente, se le desgranó un balero de flecha lateral. Se los cambió y siguió igual.
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