| La competencia en la industria del ensamble de automotores por ofrecer los mejores productos, obliga al desarrollo de proveedores medianos y pequeños altamente rentables, que brinden mayor calidad y optimicen los procesos de producción. |
 En México, se estima que la cadena de proveedores en todas las industrias cobró mayor fuerza a partir de los años 80; además de incrementarse el número de compañías manufactureras, predominó una notable concentración geográfica de empresas del orden Tier 1, 2 y 3, estratégicamente ubicadas en lugares como: Toluca, Querétaro, San Luis Potosí, Aguascalientes, Puebla y Coahuila. |
Todo ello, derivado en una gran parte, de la expansión de la industria automotriz nacional, que por su ubicación estratégica en el entorno mundial, las firmas automotrices fabricantes de unidades ligeras y pesadas, comenzaron a ver a México como el puente ideal para exportar, además de Estados Unidos y algunas regiones de Latinoamérica, a Europa y Asia, este último ubicado hoy en día como el continente de mayor crecimiento.
Así, el panorama en la red de proveeduría para esta industria, también sufrió cambios, pues aunque ha sido potenciada sólo por firmas del primer nivel, actualmente las armadoras buscan impulsar a las de segundo y tercer nivel, que son la capa que soporta a toda la cadena y que actualmente luchan por brindar los requerimientos del exigente sector.
“Hablar del incremento de participación en la proveeduría nacional requiere tomar en cuenta las posibilidades de desarrollo en los segmentos de segundo y tercer nivel”, aseguró Ramón Suárez, ex presidente de la Industria Nacional de Autopartes (INA).
Más impulso
De esa forma, los diversos productores de unidades, el interés de contar con componentes altamente tecnológicos en sus unidades, equivale a destinar gran parte de su atención en el campo de la proveeduría, con la finalidad de crear cadenas de valor más confiables y benéficas para los costos de producción.
Por ejemplo, Volkswagen de México cuenta con cerca de 500 proveedores directos a nivel global para su manufactura en la planta de Puebla, de los cuales 200 son de origen nacional, y de éstos 40 procedentes de la misma entidad.
A decir de Otto Lindner, presidente del consejo ejecutivo de la automotriz en el país, México tiene un papel preponderante para el crecimiento de Volkswagen, por lo que la relación con los proveedores es estratégica en el crecimiento del negocio.
Explicó que los que deseen proveer a la compañía deben ofrecer confiabilidad en los tiempos de entrega, garantía de estabilidad laboral y personal capacitado en todas sus áreas.
“La necesidad de reducir tiempos de manufactura y cumplir con los tratados comerciales, son motivo para aumentar la base de proveedores en la región de Norteamérica, sin embargo, la prioridad recae en aquellos fabricantes que demuestran competitividad, responsabilidad, compromiso y calidad”, refirió Lindner.
Chrysler también muestra interés en reforzar la relación con su red de abastecimiento de autopartes mediante el proyecto “Magallanes”, en el que plantea la opción de atraer cerca de 248 empresas dedicadas a la fabricación de pequeños componentes.
Con este programa, la firma contempla un potencial de compra por seis mil millones de dólares, de los cuales, mil 800 serían destinados a fabricantes nacionales.
Por otra parte, Ford Motor Company, que tiene una planta en Hermosillo, Sonora; otra en el Estado de México; y una más en Chihuahua, registra alrededor de 323 proveedores para estas operaciones, de ellos 20 por ciento son de origen nacional en la modalidad de Tier 1 y 60 por ciento Tier 2.
De acuerdo con Herman Morfin, gerente de relaciones públicas de la marca, uno de los compromisos entre fabricante y proveedor radica en la búsqueda de relaciones a largo plazo viables para establecer uniones estratégicas de negocio.
Añadió que para formar parte de su línea de suministro, exige conectividad digital en sistemas de ingeniería, calidad y abastecimiento, “existe un dialogo enfocado a la solución de problemas, así como a los valores de confianza para promover la mejora continua en todos los procesos”.
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