En Alianza Flotillera ya te hemos hablado de cómo la electrificación del transporte público está llegando a Europa, y esta vez se trata de dos ciudades españolas, Madrid y Barcelona.
Ambas entidades han comenzado una carrera para eliminar y reducir sus autobuses impulsados por diésel.
El plan es evolucionar a flotas eléctricas, híbridas, hidrógeno o a gas en los próximos años.
En el caso de Madrid, la Empresa Municipal de Transportes se ha puesto como meta el 2023 para dejar de rodar autobuses con hidrocarburos por 161,2 millones de euros.
Su principal apuesta será el gas natural y es que ha licitado la compra de 520 vehículos con esta tecnología.
En la actualidad, sólo quedan 388 autobuses diésel en la EMT de los dos mil 100 vehículos de los que dispone
Barcelona apuesta por transporte público eléctrico
Transports Metropolitans de Barcelona prevé incorporar 410 buses eléctricos, de hidrógeno e híbridos de gas para el 2024.
La capital de Cataluña apostará fuerte a los eléctricos con 210 autobuses, seguidos de 154 híbridos y 46 de hidrógeno.
Además, desarrollarán infraestructura clave para la carga de unidades en rutas estratégicas.