Estímulos fiscales e importación ilegal

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El 2004, será recordado como el año más importante en la industria del autotransporte de carga y pasaje en México, ya que dio inicio la renovación de la flota vehicular por medio de la “Chatarrización”, un programa sin precedentes en la historia de este gremio.

Este programa busca combatir el principal problema que afrontan las pequeñas y medianas empresas transportistas, principalmente el hombre-camión: la falta de estímulos fiscales para la renovación de unidades.

Hace un año, cuando entró en vigor el programa, se tenía contemplado renovar mil 800 camiones, pero sólo se logró que fueran 480, por lo que este año se publicó en el Diario Oficial de la Federación, un nuevo decreto donde se da a conocer que el estímulo para los distribuidores consiste en un crédito equivalente al 50 por ciento de la cantidad que resulte menor entre el precio en el que se reciban las unidades usadas o el 15 por ciento del precio del vehículo nuevo.

Los contribuyentes podrán acreditar el estímulo fiscal contra el Impuesto Sobre la Renta (ISR) a su cargo, las retenciones efectuadas a terceros por dicho impuesto, así como contra el Impuesto al Activo o el Impuesto al Valor Agregado, que deben entrar en las declaraciones de pagos provisionales, definitivos o anual, según se trate.

El 50 por ciento restante lo podrán acreditar contra los impuestos estatales o municipales a cargo del contribuyente, que podrán ser determinados por las entidades federativas, de conformidad con sus respectivas legislaciones locales.

También se otorga un estímulo fiscal a los compradores de los vehículos, equivalente al monto sobre el ISR que se derive del ingreso acumulable correspondiente a la cantidad en el que se reciba el camión usado a cuenta del precio de enajenación de la unidad nueva.

En este sentido, la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT) dio a conocer que las ventas de la industria podrían generar un crecimiento conservador en el mercado interno del 11 por ciento, dadas las condiciones macroeconómicas y sectoriales que se prevén para el 2005.

Sin embargo, a pesar de este apoyo fiscal, hay que hacer hincapié en el problema que continúa afectando al sector:el tráfico ilegal de camiones usados provientes de Estados Unidos.

Este fenómeno ha causado un daño fiscal superior a los mil millones de dólares al año y, 5 mil millones a la industria por los vehículos que han dejado de vender tan sólo en un año.

De acuerdo con la ANPACT, los vehículos que ingresan de manera ilegal a México dañan al autotransportista, ya que el costo de su operación se incrementa de 3 a 4 veces, pues muchos de ellos cuentan con unidades obsoletas, y están diseñadas para transitar en Estados Unidos, en donde los caminos son diferentes a las carreteras mexicanas.

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