Según los expertos, en los próximos años, se avanzará la técnica de administración de flota en México, al grado de que un gran número de flotillas serán un activo estratégico para sus empresas, al tiempo que incrementarán sus niveles de responsabilidad social y sustentabilidad.
A través de la historia, en los esquemas de distribución en nuestro país, la flotilla utilitaria ha desempeñado un rol clave en el crecimiento de los mercados. Sin embargo, en muchas ocasiones la aportación de la operación de flota no es claramente percibida, aunque también hay directivas que le dan el valor estratégico que le corresponde.
Distintas vertientes
Cosmo Consulting SC, firma consultora mexicana, señala que constantemente recibe preguntas sobre el futuro de la flotilla utilitaria en México, sus clientes y amigos les refieren sus cuestionamientos al pensar que como consultores tienen la oportunidad de convivir cercanamente con muchas empresas operadoras de vehículos y eso le da la posibilidad de analizar diversas posturas sobre las tendencias de la flotilla de distribución.
Adicionalmente a los frecuentes contactos, en diversas conversaciones internas han discutido sobre lo que será la operación de flota en los años venideros, ya que de esos ejercicios de pensamiento, surgirá la estrategia de su práctica de administración de flota para continuar ofreciendo valor a sus clientes.
Existen diversas formas de ver el futuro de la flotilla utilitaria, pero en aras de hacer el análisis más significativo, se categorizaron los enfoques (ver TABLA-I), para discutirlos en el desarrollo de este artículo.
El enfoque externo
Los directivos que consideran que este enfoque será el prevaleciente en el futuro de la flotilla utilitaria, ven una operación en donde la flota es propiedad de un proveedor y la empresa “se concentra en su negocio”.
Para este tipo de directivo, la mejor opción es ofrecerle el arrendamiento de los vehículos en un esquema de servicio integral que incluya el vehículo, el operador y el esquema de mantenimiento. Con estos elementos, la información de flota se reduce a la necesaria para determinar la facturación.
Es probable que hoy en día varias de las empresas aún no lleguen al nivel deseado de operación externa, pero los directivos con este enfoque siempre estarán buscando la manera de eliminar de las funciones internas las de la operación de flota.
Poco a poco este panorama va avanzando en el mercado mexicano, de hecho recientemente se ha perfilado como el enfoque favorito de aquellos directivos de empresas cuyos productos tienen suficiente margen y la competencia es de media a baja intensidad.
Como ejemplo de una flotilla de este tipo, encontramos en una investigación del mercado español, que existen flotillas especializadas en surtir a estanquillos de cigarros y cervezas, por lo cual genera un alto costo, que en este caso, se traslada al consumidor español.
Cabe recalcar que las empresas productoras de cervezas y cigarros tienen una flota pequeña (comparativamente), que utilizan para surtir otros canales en los cuales el costo incremental no puede trasladarse al cliente (por ejemplo los supermercados).
El enfoque tradicional
Este enfoque es el más difundido en el medio mexicano de la flotilla, sin embargo, su difusión no es necesariamente señal de su aceptación, ya que un porcentaje importante de las empresas que lo reflejan en su operación diaria, es debido a que sus directivos no encuentran el esquema adecuado que les permita emigrar a la forma de operación descrita en el enfoque externo.
Las empresas que operan su flotilla de distribución con un enfoque tradicional, son propietarias de sus vehículos (cuya antigüedad promedio es alta), realizan sus actividades de mantenimiento a través de talleres propios (siempre en busca de reducciones presupuestales); así también la información de flota es procesada internamente (casi siempre por el área de finanzas).
Es importante mencionar que también hay un segmento en el grupo de empresas que operan con este enfoque, las cuales buscan mejores niveles de desempeño, pero que no ha encontrado la ayuda suficiente para lograrlo, por lo que continúan su operación de manera tradicional, sin perder su búsqueda de alcanzar mayores niveles de productividad.
Un ejemplo de una empresa con este enfoque, es el caso de la flotilla de una empresa refresquera que, a través de sus constantes recortes presupuestales en la operación de flota, ha disminuido seriamente su capacidad de distribución y por ende su participación de mercado.