“Tengo a Volkswagen en las venas”, dice Frank Gundlach en medio de una charla con Alianza
Flotillera. No le falta razón, ya que gran parte de su historia personal y profesional ha sido marcada por la firma de origen alemán.
Gundlach nació en Wolfsburgo, ciudad alemana considerada la cuna de Volkswagen, para después emigrar, durante su infancia, a México, donde su padre se desempeñó en la misma empresa.
De esa manera, el hoy director general de Volkswagen Camiones y Buses y MAN llegó, en una
primera etapa, a un país en el que encontró el encanto de su gente, su comida y su historia. “Soy un alemán con corazón mexicano”, señala con una discreta sonrisa en el rostro.
La vida continuó y Frank siguió su propio camino académico y profesional en naciones comoEstados Unidos y Brasil, hasta que, en noviembre de 2020, asumió el cargo que ahora desempeña en México, un país que encuentra mucho más grande, moderno y abierto al mundo, aunque en una época de enormes desafíos.
Maquinaria bien engrasada
“Llegué en pandemia, temporada en la que el mercado sufrió bastante, sobre todo en pasaje,
segmento en el que nuestra empresa tradicionalmente ha tenido una posición fuerte, además
de que la situación fue complicada también para vehículos de carga”, señala.
En este sentido, resalta los desafíos afrontados desde su llegada, tales como la falta de microprocesadores, navíos y contenedores, sólo por mencionar algunos. “Tuvimos que engranar de nuevo para tener el producto disponible y, en ese aspecto, nos ha ido bastante bien”, destaca.
Este engranaje del que habla Gundlach ha llevado a la marca a crecer en México un 80%, en
un mercado que se mantiene en un orden del 20%, además de que la red se ha ido extendiendo; tan sólo este año se han abierto seis nuevos concesionarios en lugares como la Ciudad de México, Monterrey o Mérida, por mencionar algunos.
“Tenemos una red que es bastante mayor de lo que era un año atrás, llegar a nuevas localidades del país definitivamente ha ayudado a crecer”, destaca y agrega otro de los pilares en los que se han basado: tener un amplio catálogo de productos tanto en carga como en pasaje.
Pese a ello, Frank Gundlach no se obsesiona con el volumen de venta o en adjetivos como la grandeza, pues lo esencial es el servicio.
“Nuestro objetivo no es el volumen, sino la satisfacción del cliente, pues lo primero es consecuencia de lo segundo. Lo primero que me interesa en mi día a día es cómo puedo satisfacer a los clientes. Si eso funciona, el resto se da automáticamente”, sentencia.
Esto se complementa con el hambre que Gundlach tiene por entender las necesidades específicas de cada cliente, ya que en el autotransporte no hay un negocio igual a otro, lo cual se adhiere a la visión de MAN y Volkswagen Camiones y Buses de adaptar cada producto a las condiciones específicas de un país tan complejo en distancias y geografía como México.
Pasión por el negocio
“Me encanta el trabajo, tengo pasión por lo que hago. Trabajar y contribuir es algo que en lo personal me mueve”, señala Gundlach sobre sus más grandes intereses, junto con la familia y actividades como la pesca, aprender historia e incluso el fútbol.
Y es notorio que esta pasión por el trabajo no sólo queda en las palabras, pues al directivo se le observa tratando asuntos al teléfono, conversando con su equipo de trabajo o intercambiando puntos de vista con clientes, lo que al mismo tiempo refleja su entusiasmo por la industria del autotransporte.
“Tenemos una contribución muy importante para la movilidad y el desarrollo de los países, eso es algo que personalmente me atrae mucho”, señala.
Esta misma contribución también viene acompañada de una responsabilidad en tiempos tan convulsos como los que atraviesa el mundo, situación de la que el directivo es plenamente consciente, sobre todo en términos sociales y ambientales.
“Un gran reto es vislumbrar cómo podemos contribuir de manera profesional y personal a mantener nuestro medio ambiente en el mejor estado, porque sólo tenemos un planeta y un futuro”, subraya.