El gas natural y la demanda mundial de energía va en aumento, el acceso a yacimientos de combustibles fósiles es cada vez más complicado y costoso y el daño al medio ambiente derivado del uso de hidrocarburos ha planteado la urgencia de buscar fuentes alternas y sustentables de energía.
El uso de energías alternas en el transporte, como el gas natural licuado y el etanol, se han convertido en un camino por surcar. La falta de voluntad política y las inversiones costosas, son sólo algunos de los aspectos que inhiben su práctica en nuestro país.
Contar con energías alternas impulsaría la competitividad del sector, que aporta el 3.1 del Producto Interno Bruto (PIB). A través del transporte se mueven el 80% de los productos y mercancías en México, según datos de la Cámara Nacional de Autotransporte Carga (Canacar).
El uso de gas natural en la industria del transporte, significa ahorros en costos por kilómetro recorrido. Su uso se traduce en mayor rentabilidad y una importante reducción en el periodo de amortización de los equipos.
Ventajas
Para Caio Zapata, CEO de la firma Énestas, una de las ventajas del gas natural es que es más amigable con el medio ambiente. Elimina el 75% del monóxido de carbono, reduce el 21% de gases de efecto invernadero contra el diésel y genera 30% menos de emisiones de CO2.
Explicó que una flotilla puede ahorrar en costos de combustible entre el 30 y el 40%, aunque consuma más gas natural por kilómetro recorrido que de diésel, debido a la diferencia de precio de casi 50%. Señaló que a lo anterior se suma el ahorro en gastos de mantenimiento de los motores dado que los transportistas no realizarían desembolsos en la compra de filtros de partículas de diésel y cambios de aceite consecutivos.
“No es que dejes de darle mantenimiento a un camión de carga, para nada. Simplemente se reduce el número de veces que tienes que darle una revisión a los motores de las unidades. Estimamos que mil litros de gas natural licuado pueden dar una autonomía necesaria para que un camión de carga recorra aproximadamente mil 600 kilómetros”, detalló.
EPA y Euro VI
Para Porfirio Sandoval, gerente regional de servicio y postventa de Volvo Trucks México, contar con camiones que circulan con este tipo de tecnologías ayuda a los transportistas a cumplir con las normas que rigen al sector como EPA y Euro VI, entre otras.
“Un operador que recorra 120 mil kilómetros al año en transportación pesada y que elija gas natural en lugar de diésel puede reducir las emisiones de CO2 entre 18 y 20 toneladas al año. Con este tipo de combustibles los conductores no comprometen la operación, y logran mayor eficiencia en el consumo de carburante. Hay razones suficientes para justificar su uso a gran escala”, agregó en entrevista.
Dijo que el uso de gas natural licuado en el transporte es una primera alternativa a largo plazo que podría sustituir el diésel, tanto para operaciones de distribución urbana como de larga distancia, en donde la eficiencia de combustible, la carga útil y la productividad son esenciales para las empresas de transporte de mercancías.
Los retos del gas natural
Pese a los beneficios que el uso de gas natural licuado podría traer al sector transporte, los costos elevados de los camiones que cuentan con motorizaciones a gas natural y la falta de estaciones para el abastecimiento de combustible, son algunos de los retos que nuestro país tiene que enfrentar para hacer realidad el uso “masivo” de energías alternativas.
“Para que este tipo de energías realmente sean atractivas para el sector lo primero que tiene que pasar es que deben ser económicamente accesibles. Es imposible que un transportista, que está más preocupado por lograr eficiencias y ahorros, quiera pagar por un camión que es más caro por el tipo de motor que tiene”, advirtió Sergio Ruíz, director general del Centro de Transporte y Logística.
El especialista dijo que si el uso de energías alternas realmente representara ahorros económicos y eficiencias al transporte sería todo un éxito, ya que actualmente, los transportistas, mes con mes, se ven afectados por el alza en el precio del diésel, uno de sus principales insumos para su operación y que, de acuerdo con la Comisión Reguladora de Energía (CRE), tan solo de enero a octubre de este año el precio de este combustible se elevó 20.32%.
Costos del motor a diésel
Para Caio Zapata, CEO de Énestas, los altos costos de contar con camiones que cuenten con la tecnología para operar con este tipo de combustibles es otro de los mayores desafíos para el sector, pues el costo de un tractocamión con motor a gas natural licuado, puede ser hasta 50% más caro que uno con motor a diésel.
Cabe destacar que actualmente un tractocamión con motor a diésel tiene un costo promedio de entre 145 mil y 170 mil dólares, su precio puede variar de acuerdo al nivel de equipamiento que este tenga. Lo que dificulta en gran medida que los transportistas puedan verse atraídos para adquirir este tipo de tecnologías.
Inversiones costosas
“En el sector faltan programas de financiamiento que ayuden a los transportistas a adquirir este tipo de unidades. Las inversiones son costosas, sin embargo, estimamos que los retornos de inversión son a tres años, con todo el ahorro en combustible que pueden alcanzar”, aseguró el CEO de Énestas.
Explicó que actualmente existen otros esquemas que los transportistas pueden adoptar para contar con camiones con motor a diésel y a gas natural licuado; la primera de ellas es realizar conversiones Dual Fuel, que tiene un costo promedio de 25 mil dólares, con la cual los vehículos pueden operar con ambos combustibles. Mientras que la segunda consiste en realizar un cambio de motor para que éste sea completamente a gas natural licuado lo que representa un desembolso de entre 40 mil y 50 mil dólares.
Conuee
Por su parte, Francisco Javier García, director general de la Comisión Nacional para el Uso de la Energía (Conuee), indicó que de nada sirve que un transportista haga un esfuerzo en comprar camiones con estas tecnologías si no tiene en dónde surtir el combustible. “Actualmente no existen las suficientes estaciones, por ejemplo, para abastecerse de gas natural y por ende eso representa un problema para la distribución y transporte de mercancías.
“En México hay 40 diferentes estaciones de gas natural comprimido, que es nada para un país como éste. Existe un potencial para crecer por lo menos a mil estaciones. Tan solo en Estados Unidos hay más de tres mil. En nuestro país va tomando vuelo el uso de gas natural licuado”, agregó Caio Zapata.
Estaciones de abastecimiento
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Gas Natural Vehicular (AMGNV), la red de estaciones de abastecimiento de gas natural se encuentra en etapa de desarrollo (las que operan actualmente son de empresas privadas). Estima que en los próximos 10 años se impulsará la apertura de tres mil estaciones en el país, lo que representará una inversión cercana a 3,000 millones de dólares (mdd).
El organismo indica que México cuenta con el potencial para tener un mercado con valor de 30 mil mdd en la próxima década y alcanzar los tres millones de vehículos convertidos. Actualmente circulan 36 millones de autos, pero sólo 15 mil unidades usan gas natural (de los cuales 45% son taxis, 15% transporte de pasajeros y 40% transporte de carga), cifra por debajo de naciones sudamericanas como Colombia, Brasil, Argentina, Bolivia o Perú, donde han representado 10% del parque vehícular.
Lo que falta
Para los especialistas, lo que México requiere es una política clara del gobierno que incentive la adopción del gas natural, el etanol y otras energías alternas, a través de la reducción de la dependencia hacia los combustibles fósiles y el impulso a la inversión para investigación y desarrollo de proyectos de energías a partir de fuentes renovables.
“No se debe disminuir el ritmo para crecer la red de gas natural. Se debe aligerar la parte de permisos para abrir nuevas estaciones de servicio. Hoy este trámite es engorroso pues puede demorar entre nueve y doce meses. Por otro lado, el gobierno podría impulsar el uso de este tipo de combustibles si pusiera restricciones más fuertes para el cuidado del medio ambiente y se canalizaran mayores recursos para la investigación de las energías alternas”, puntualizó Carlos Alberto Vela Núñez, gerente de ingeniería de ventas y capacitación de Dina.
Etanol: la solución de los costos operativos
El etanol es un combustible biodegradable para motor y de alto octanaje que deriva de los azúcares, los almidones y la materia celulósica, es otra de las energías alternativas que podrían ayudar a mejorar los costos en el sector transporte.
Aunque su uso por ahora sólo se limita a vehículos con motores a gasolina tiene un alto potencial para disminuir los costos operativos de las empresas que realizan distribución urbana en el país, aseguró Stephan Wittig, presidente de la Asociación Mexicana de Movilidad Sustentable.
En entrevista con Alianza Flotillera comentó que el uso del etanol, como aditivo para oxigenar gasolina, reduciría los gastos de la gasolina, alrededor de dos pesos por litro, lo que abriría la puerta para que a través de la producción de este biocombustible, con caña y sorgo, se puedan generar empleos en zonas marginadas del país, y reducir 70% las emisiones contaminantes.