En los Estados Unidos, un pensamiento constante es “entre más grande es, mejor”. Por ejemplo las carreteras americanas, donde grandes camiones y SUV dominan los carriles. Estos vehículos de gran tamaño están matando nuestro medio ambiente y causando estragos en las comunidades, y sin embargo, parece que no podemos dejar de comprarlos, convencidos de que cuanto mayor sea la distancia entre ejes, mejor nos sentiremos acerca de nosotros mismos y nuestro lugar en este mundo consumista.
A lo que digo, mira a esta rata de laboratorio. Investigadores de la Universidad de Richmond enseñaron a un grupo de 17 ratas a conducir pequeños autos de plástico a cambio de trozos de cereal Fruit Loops. Conducir ayudó a las ratas a sentirse más relajadas, dijo la autora principal del estudio Kelly Lambert. Así es como lo describe The New Scientist:
Los investigadores evaluaron esto midiendo los niveles de dos hormonas: la corticosterona, un marcador de estrés, y la deshidroepiandrosterona, que contrarresta el estrés. La proporción de dehidroepiandrosterona a corticosterona en las heces de las ratas aumentó en el transcurso de su entrenamiento de manejo. Este hallazgo se hace eco del trabajo anterior de Lambert que muestra que las ratas se estresan menos después de dominar tareas difíciles como desenterrar comida enterrada. Pueden obtener el mismo tipo de satisfacción que nosotros cuando perfeccionamos una nueva habilidad, dice ella. “En humanos, llamamos a esto autoeficacia o agencia”.
Un punto subjetivo que tengo, sin ser científico, es que las ratas seguramente se sintieron menos estresadas porque los autos que conducían tenían una buena ergonomía, además de energía eléctrica y eran de plástico. Si hubiesen estado manejando un gigante de acero con un motor V6 de 3.3 litros con un consumo de gasolina, 450 caballos de fuerza y una capacidad de remolque de 8,000 lb, no puedo evitar asumir que sus niveles de estrés se habrían disparado. Incluso pueden haberse vuelto hostiles hacia otras ratas que intentaban usar el camino, ya que la evidencia anecdótica ha demostrado que conducir vehículos extra grandes puede conducir a niveles poco saludables de ira en el camino.
Lo bueno es que las ratas usaron carros pequeños. Lo triste es que nuestra cultura puede desaprobar tales vehículos pequeños, pero esa visión no es universal. Europa y otros mercados han demostrado ser un refugio para vehículos compactos. Pero China e India, con sus clases medias en rápido crecimiento, han aprovechado la idea exclusivamente estadounidense de que más grande es igual a mejor: las ventas de SUV y camiones están aumentando en esos dos países. Lambert y su equipo descubrieron otro dato interesante: las ratas que se conducían solas tenían niveles más altos de deshidroepiandrosterona y estaban menos estresadas que las ratas que circulaban como pasajeros en automóviles a control remoto.
¿Quizás nuestras fallas con vehículos autónomos y taxis robot son un error? ¿Y la micromovilidad eléctrica en forma de scooters y bicicletas con batería es el futuro? Esto exige más investigación, esta vez con sujetos humanos. ¡Comienza los ensayos clínicos!