J. García López anunció la incorporación de su primera flotilla de vehículos 100% sustentables, la cual incluye una carroza totalmente eléctrica para el traslado de restos humanos.
Con esto, la empresa se posiciona como la primera funeraria en México en avanzar hacia un modelo operativo más responsable con el medio ambiente.
De acuerdo con la compañía, esta transición se inserta en una estrategia integral de sustentabilidad que comenzó hace cinco años. En este periodo ha implementado desarrollos tecnológicos propios, sistemas de captación de agua de lluvia, circuitos eléctricos ahorradores de energía y acciones para reducir la reflexión de calor en sus instalaciones. Por lo que la incorporación de vehículos eléctricos representa la fase más reciente de este plan a largo plazo.
En entrevista con Alianza Flotillera, Manuel Ramírez, Director de J. García López, explicó que el principal motor de esta decisión fue el impacto ambiental.
Los autos eléctricos nos permiten conservar el medio ambiente de manera adecuada, evitando añadir más vehículos que generen emisiones contaminantes”, señaló.
A ese beneficio, dijo, se sumaron los ahorros operativos derivados de la reducción en mantenimiento, verificaciones y consumo de combustible.
Ramírez detalló que el proceso inició de forma gradual, con la adquisición de una unidad eléctrica para el área de gestoría. El propósito era familiarizarse con su rendimiento y operación antes de escalar hacia una carroza totalmente eléctrica.
“Después de conocer su desempeño y confiabilidad, no dudamos en dar el siguiente paso”, afirmó.
Actualmente, la funeraria opera cuatro vehículos eléctricos, tres destinados a gestiones operativas y una carroza diseñada específicamente para el traslado digno y seguro de ataúdes.
Manuel Ramírez, Director de J. García López.Impacto significativo
Durante su primer año de uso, estas unidades han recorrido 59 mil 600 kilómetros y han generado un ahorro aproximado de 114 mil pesos en combustible, según datos compartidos por la empresa.
Manuel Ramírez destacó que la carroza eléctrica fue seleccionada bajo criterios estrictos: debía contar con espacio suficiente para alojar un ataúd sin requerir modificaciones estructurales profundas.
La adaptación se enfocó en el interior, mediante la instalación de un catafalco, un piso rodante con sistema de amarres metálico, que permite asegurar y deslizar el ataúd de manera adecuada y respetuosa.
Los vehículos adquiridos corresponden a la marca JAC, elegida por su rendimiento, confiabilidad y bajos costos de mantenimiento.
La tecnología de estas unidades nos ha sorprendido por su eficiencia. Lo realmente interesante será compararlas con autos de combustión dentro de tres o cuatro años”, indicó.
Con una flota total de más de 50 unidades, la empresa estima que alrededor del 10% ya es eléctrica. Su objetivo es ambicioso: reemplazar por completo toda su flotilla por vehículos de cero emisiones en un plazo de cinco años.
Para 2026, prevé incorporar al menos tres carrozas adicionales, en línea con su política de renovación cada tres o cuatro años para asegurar un servicio seguro e ininterrumpido.
La adopción de vehículos eléctricos ha despertado curiosidad entre los usuarios y operadores de la marca, quienes han mostrado interés por los rendimientos y la experiencia de uso. De acuerdo con Ramírez, las reacciones han sido positivas y han contribuido a abrir conversación sobre la transición hacia tecnologías más limpias dentro del sector.
Para la compañía, este paso no sólo representa un avance operativo, sino también un mensaje hacia la industria funeraria mexicana.
Incorporar autos eléctricos es parte de nuestro compromiso por innovar y ofrecer alternativas que beneficien a nuestros clientes y al entorno. Si surgen nuevas tecnologías sustentables, estaremos listos para adoptarlas”, afirmó.
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