El arquitecto Emilio Merino Domínguez, consejero estatal del Instituto de Arquitectura de Brasil, señaló que el uso de densidades urbanas, establecer conexiones entre los principales puntos de convergencia, distancia de la red, diversidad de usos de suelo y un adecuado diseño urbano son los aspectos que dan soporte a la Ley de Movilidad de Brasil.
Asimismo, agregó que aún cuando en el 2013 se aprobó dicha ley, los resultados se ven reflejados de manera muy lenta ya que Brasil no logra superar los conflictos de congestionamiento, contaminación, segregación y desigualdad.
Este análisis se dio durante el sexto congreso Internacional del Transporte que se llevó acabo en la ciudad de México, donde enfatizó la necesidad de que los gobiernos transformen su forma de atacar los problemas.
“El tradicional foco era el tránsito, solucionar el congestionamiento, entonces construyeron grandes avenidas, carreteras, segundos pisos, tercer piso y nada era suficiente, los problemas seguían subsistiendo”, apuntó Merino Domínguez.
Este tipo de desarrollos elevaron los niveles de contaminación, favorecieron la segregación y procesos de urbanización muy agudos, donde al lado de las grandes ciudades se desarrollaron grandes favelas, donde unos se movilizaron por transporte público y otros por transporte privado, generando enormes congestionamientos.
El representante del Instituto de Arquitectura explicó que en las principales ciudades de Brasil, las tasas de motorización son altas, ya que cuenta con indices de 1.5 a 1.8 habitantes por automóvil, lo que trae como consecuencia problemas en los corredores de transporte público, ineficientes y obsoletos, por lo que están comenzando a virar a los sistemas BRT.
“La ley de la movilidad es el último reglamento jurídico que da a Brasil todo un ordenamiento jurídico legal, que propicia una mudanza en el transporte colectivo a la idea de la movilidad. Yo vi que en la SEDATU ya tienen algo avanzado, más tendrían que crear esa nueva ley para poder estructurar cualquier tipo de proyectos”, reiteró Merino.
Finalmente, consideró que la adopción de un plano de movilidad permitirá hacer previsiones urbanas más amigables, más vivibles para los ciudadanos y con mejores retornos de inversión para la iniciativa privada, pero para ello, es indispensable la participación ciudadana.