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Llega tarde la apertura de fronteras

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  • Autoridades mexicanas firman programa piloto de apertura de fronteras con Estados Unidos en tres etapas
  • 100 empresas transportistas mexicanas serán seleccionadas para ingresar a territorio estadounidense
  • La Canacar asegura que será difícil el acceso de camiones a Estados Unidos

Luego de 12 años, la apertura de las fronteras entre México y Estados Unidos para los autotransportistas de ambos países se concretará después del próximo 23 de abril, pero durará sólo un año, pues forma parte de un programa piloto.

El acuerdo de transporte transfronterizo firmado por los gobiernos de México y Estados Unidos se hará en tres etapas: la primera, que iniciará el 23 de abril y tendrá una duración de seis meses, permitirá a 100 empresas autotransportistas mexicanas operar en territorio de Estados Unidos.

Estas compañías serán elegidas por la autoridad mexicana y deberán tener capacidad económica y gerencial para alcanzar el éxito en el programa piloto.

Luis Téllez, secretario de Comunicaciones y Transportes, dio a conocer que en una segunda fase se dará la apertura del gobierno mexicano al autotransporte estadounidense, y en la tercera etapa, dentro de un año, se hará una evaluación de resultados del acuerdo.

Impulso al comercio
Eduardo Sojo, secretario de Economía, explicó que el comercio entre estos dos países es de 330 mil millones de dólares, y de este total 220 mil millones de dólares se realiza por vía terrestre (75 por ciento por autotransporte y 5 por ciento por ferrocarril).

Dijo que este libre tránsito de las cargas implica un gran impacto a la inversión. De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), cada cruce de caja de transporte entre México y Estados Unidos derrama 80 dólares y se dan cinco millones de cruces anuales, lo que da un total de 400 millones de dólares.

Estas cifras muestran que este anuncio del acuerdo promoverá la inversión y empleo, ya que permitirá las alianzas entre empresas de los dos países para generar oportunidades de negocios, porque únicamente exportarán, sino también importarán mercancías al país.

Reducirán costos
Asimismo, la apertura de Estados Unidos al transporte mexicano se traducirá en una reducción de costos, impulsada principalmente por la eliminación del “transfer”, que actualmente cobra entre 85 y 119 dólares por cada unidad que cruza sólo un tramo menor a 20 kilómetros.

De acuerdo con datos del Consejo Mexicano de Comercio Exterior Noreste (Comce), habrá casos como el de la ruta Monterrey-Houston, que tiene un costo aproximado de 400 dólares, en los que la reducción del flete será de entre 15 y 25 por ciento.

Esto sin contar el tiempo que se eliminará con el desganche y enganche de la caja de un tractocamión en las ciudades fronterizas de México, en donde a veces hay saturación y con ello horas hombre pérdidas, lo que provoca también retrasos en la entrega de la mercancía.

Para la secretaria de Transporte de Estados Unidos, Mary Peters, el acuerdo alcanzado por las autoridades de ambos países, eliminará el tiempo que el autotransporte debe esperar en una línea imaginaria para pasar su mercancía al transfer.

Difícil el acceso de camiones
Respecto a este acuerdo, la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar), presidida por Tirso Martínez, dio su punto de vista y anunció que para finales de abril es poco probable que se complete la lista de 100 empresas mexicanas transportistas que se pretende participen en el programa de revisión del autotransporte transfronterizo.

De acuerdo a la Canacar, será cada empresa la que decida si entrará o no. Pero además, pocas firmas cubrirán los requisitos técnicos que pide Estados Unidos para operar en sus carreteras.

La flota mexicana está compuesta por cerca de 400 mil camiones de carga, y de acuerdo con analistas, no existen 100 compañías que en primera instancia cuenten con camiones de última generación o cuando menos que cumplan con las edades promedio de las unidades de carga que exige la legislación estadounidense, que es de cinco años.

En segundo término, las empresas mexicanas ven en Estados Unidos un enorme campo de oportunidades, pero también demasiados riesgos, debido a los altos índices de accidentes que hay del otro lado del río Bravo, y que las autoridades allá llegan a sentenciar extraterritorialmente las consecuencias.

Ante esta situación, las empresas mexicanas comprometerían un patrimonio generado durante años. Además, el presidente de la Canacar explicó que otro tema por resolver son las políticas laborales, así como la cuestión fiscal.

Resaltó que en México la Canacar tiene registro de mil 600 empresas que poseen entre 31 y 100 camiones con un promedio de vida de entre siete y 14 años.

Además, existe otro grupo de 465 empresas que rebasan los 100 camiones, cuyo promedio de vida de la flota es de seis años. Todas ellas son empresas familiares y ninguna tiene operaciones “institucionalizadas” o que tengan prácticas de gobierno corporativo de escala mundial.

Al revisarse el padrón del parque vehicular, es posible detectar que posiblemente estén los más fuertes como son: Transportes TUM, de Miguel Quintanilla, que posee una de las principales flotas con poco más de 600 unidades; TMM Logistics, que dirige Gerardo Primo, con más de 300 camiones; Tresguerras, de Polo Almanza; Transportes Pitic, de Jorge Cons; Transportes González, de Julián de Obregón; Transportes Cuauhtémoc, de León Flores; Transportes Gor e Intertransport Inc., de Manuel Gómez; Transportes Quintanilla, de Rosalinda Quintanilla; Transportes Intermex, de Guillermo Berriochoa; Transportes GAMA, de Tirso Martínez; y Transportadora Isabel, de Juan Bueno Torio, ex-directivo de Petróleos Mexicanos (PEMEX).

Más información en Alianza Flotillera 107 abril de 2007

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