Para Helga Laporte, gerente global de productos y Philippe Verellen, director general de Wolf, el mercado de lubricantes seguirá evolucionando en sus compuestos para mejorar el rendimiento de los vehículos y contaminar menos, pero el futuro se debe concentrar en la atención al cliente.
“En un mundo cada vez más digital, las personas van a valorar cada vez más el contacto humano y la eficiencia. Un equipo más ágil, tiempos de respuesta más rápidos con soluciones reales, o mejores servicios en lo tocante a su negocio. Esa es mi visión de a dónde se dirige el mercado”, señaló la directiva.
“Con nuestras 3 marcas, hemos sido capaces de ofrecer a nuestros socios una mejor calidad de servicio que pueden trasladar a sus clientes. Y aquí es donde estoy totalmente convencido de que radica la clave del futuro: una pequeña cadena de talleres no va a poder desplegar una aplicación totalmente innovadora que facilite el flujo de trabajo, pero nosotros sí podemos hacerlo”, enfatizó Verellen.
Para Laporte, la agilidad es vital para sobrevivir en el mercado de los lubricantes, ya que como proveedores deben moverse rápido para atender las complejas necesidades de los vehículos más nuevos y sus tecnologías: “un coche de la década del 2000 ya resulta casi prehistórico en comparación con los que conducimos actualmente. Y no hablemos ya de los camiones”.
Para poder salir avante en este contexto, Wolf ha invertido grandes cantidades de dinero en investigación, laboratorios y campo, para poder ofrecer a los clientes de todo el mundo, de cada país, el producto adecuado, adaptado a ellos y sus necesidades.