La próxima entrada en vigor del nuevo tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá puede representar una oportunidad para que México se convierta en un proveedor esencial de la industria en el área T-MEC, tras la sacudida que trajo la contingencia sanitaria del COVID-19.
Esto de acuerdo con la consultoría EY en México, que destaca que dicho tratado comercial acuerdo no entrará en vigor hasta que cada uno de los estados parte haya alineado sus leyes y reglamentos internos con las disposiciones.
“Las cadenas de suministro de la industria en Norteamérica están tan entrelazadas que, para lograr una reapertura sin problemas, es necesario que entidades de Estados Unidos, Canadá y México estén en absoluta sincronía”, dijo Raúl Meyer, socio de Manufactura Avanzada y Movilidad en EY México.
La consultoría afirma que el cierre de plantas asiáticas mermó la capacidad de manufactura y proveeduría de los países, algo que junto con la aprobación del tratado “motivó a las empresas de todo el mundo a acelerar los cambios en sus cadenas de suministro para depender menos de China”.
No obstante, advierte que el gobierno mexicano debe ser capaz de ser congruente en las políticas industriales.
“Esta podría ser un arma importante para confrontar y reducir la crisis económica que se avecina una vez pasada la crisis sanitaria”, señala EY.
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