En el mundo del autotransporte, muchas empresas persiguen la excelencia operativa sacrificando, en ocasiones, el estilo y la personalidad. Sin embargo, compañías como Nájera Trucking rompen ese molde con una propuesta distinta al ofrecer servicios rápidos, seguros y eficientes con tractocamiones personalizados que rugen con poder y carácter propio.
Edgar Nájera Miramontes, Fundador de esta empresa con sede en Tijuana, Baja California, cuenta que su pasión por los vehículos modificados nació desde la infancia, cuando su padre, también operador, le regalaba tractocamiones de colección.
Desde siempre mi papá fue chofer. Yo admiraba que ‘la perreaba’ y por eso también me hice operador. Cuando tuve la oportunidad, compré mi primer camión en abonos. Así empezó todo. Después fui adquiriendo otros también en pagos, y luego fueron llegando más”, relata en entrevista con Alianza Flotillera.
Resultado de estos primeros pasos, en 2008 nació Nájera Trucking, una empresa familiar que hoy cuenta con siete tractocamiones modificados que recorren las carreteras de Baja California, transportando materias primas para la industria maquiladora en ciudades como Tijuana, Ensenada y Mexicali.
Pasión por los tractos
El primer vehículo que Edgar compró fue un Freightliner FLD 120, al que imprimió toda su pasión por el tuneo. Lo que alguna vez fueron modelos a escala desarmados por curiosidad, se transformaron en tractocamiones con una personalización única, tanto estética como mecánica.
A ese primer camión le siguieron otros de las marcas Kenworth y Peterbilt, que hoy muestra con orgullo en redes sociales como TikTok, donde Nájera Trucking ha ganado una comunidad de seguidores entusiastas.
Me gusta subirme a los camiones, escuchar el motor y agarrar el volante. Con eso, automáticamente se te olvidan los problemas. Es cierto que batallas con el tráfico y otras cosas, pero la sensación de conducir un vehículo modificado es inigualable”, expresa.
El tuneo estético es llamativo: parrillas robustas y cromadas, luces LED que enmarcan el frente, ya sea alargado o chato, faros de gran alcance, parachoques reforzados, espejos retrovisores ampliados, antenas y escapes altos e imponentes, estribos fuertes y carrocerías con colores hipnotizantes.
No obstante, la parte técnica también es esencial. Los motores son modificados para ofrecer más caballaje, y se instalan transmisiones más potentes y con más cambios. El objetivo de la compañía es claro: apostar tanto por la estética como por la funcionalidad, en una combinación poco común, pero 100% efectiva.
Lazos de sangre
Aunque en sus inicios cruzaban hacia Estados Unidos, hoy la empresa se enfoca en el movimiento de materiales como resina y plástico para fabricantes de electrónicos. Su operación se concentra en Baja California, donde brinda servicio a maquiladoras y parques industriales ubicados en puntos estratégicos de la frontera norte.
Nájera Trucking no es sólo un negocio, es una empresa de sangre. “Mi hermana maneja un camión, mi papá también, mi cuñado, mi sobrino… bueno, hasta el perro casi maneja”, bromea Edgar. Frecuentemente, en eventos y competencias, toda la familia se reúne alrededor de los tractocamiones, reforzando lazos fundamentales para el trabajo cotidiano.
A diferencia de muchas flotas modernas con unidades nuevas, Edgar apuesta por los veteranos. “Los camiones nuevos me han dejado tirado. Estos que modificamos aguantan más, no fallan, son confiables”, afirma. Su filosofía es clara: el rendimiento no garantiza la novedad, sino el cuidado, la experiencia y el conocimiento aplicados a cada unidad.
La visión de la compañía tijuanense es crecer paso a paso, fortaleciéndose cada vez más, pero sin perder su autenticidad y la pasión familiar.
Nájera Trucking no sólo representa un modelo de negocio alternativo, sino una manera de vivir el transporte con identidad, apoyo familiar y autenticidad. Una empresa que, más allá de los viajes, transporta sueños, recuerdos y orgullo a través de cada kilómetro.
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