Políticas para el cambio de tamaño de los camiones de carga

Columna invitada de la Dra. Angélica Lozano Cuevas, Investigadora Titular del Instituto de Ingeniería de la UNAM

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La pluma de: Dra. Angélica Lozano Cuevas, Investigadora Titular del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). 

Con frecuencia se piensa que las unidades de carga afectan la vida en las ciudades y que deben ser eliminadas por completo de la circulación.
Sin embargo, no hay tantos vehículos pesados como se cree. Por ejemplo, en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), para la última milla, el 76% de las unidades corresponde a camionetas de hasta 3.5 ton y el 24% restante a camiones unitarios.

Mientras que para el transporte troncal interno, el 72% es de vehículos de hasta 3.5 ton, el 18% son camiones unitarios, el 9% son tractocamiones y el 1% son fulles. Y en el transporte troncal interurbano, el 29% pertenece a vehículos de hasta 3.5 ton, el 28% a camiones unitarios, el 32% a tractocamiones, el 8% a fulles y el 3% a otros, según datos del Estudio Origen-Destino de la ZMVM 2017.

Por otro lado, varios estudios en el mundo han analizado las políticas restrictivas enfocadas en reducir el tamaño de los vehículos de carga. Aunque dichas políticas pretenden disminuir los impactos de los camiones grandes, estas pueden fracasar cuando: no es evaluado integralmente el resultado de las prohibiciones; no son tomadas en cuenta las necesidades de todos los actores involucrados (por lo que se desconocen las acciones de estos para compensar las restricciones), y cuando se basan en información incompleta o no confiable, lo que significa que se desconoce el problema a resolver.

El resultado es que los objetivos de las políticas no se cumplen y los impactos no se reducen, pudiendo incluso incrementarse. La sustitución de vehículos grandes por pequeños puede generar más congestión, emisiones y costos logísticos cuando la sustitución se realiza indiscriminadamente, sin considerar actividades logísticas y sin evaluar las consecuencias de esos cambios.

Aunque no parezca, estas políticas fallidas también impactan negativamente en la calidad de vida y la salud de los habitantes, quienes además pagan más por los productos que consumen. Por lo tanto, antes de implementar este tipo de políticas es necesario evaluarlas para garantizar su utilidad.

Visita el Estudio completo: Origen-Destino de la Zona Metropolitana del Valle de México

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