Producir unidades altamente tecnológicas implica para los fabricantes de vehículos tener proveedores capaces de suministrar materia prima adecuada para cumplir con los más estrictos niveles de calidad internacionales.
La proveeduría en el autotransporte en las últimas décadas ha tomado un lugar preponderante en el desarrollo de innovadores vehículos, los cuales superan las normatividades de seguridad, ambientales, de confort, entre otras que están actualmente vigentes.
Para llegar a estos estándares, a lo largo de la historia, la cadena de proveeduría ha pasado por diversas etapas, hasta lograr un flujo de insumos e información a las plantas fabricantes de unidades en tiempo real.
Esta evolución permitió a las automotrices a reestructurar sus procesos internos de producción y abrir la posibilidad de participar a más proveedores y clientes con el fin de satisfacer sus necesidades de abasto en el tráfico del producto.
Incluso, para reactivar el valor en la cadena de proveeduría, algunas compañías manufactureras modificaron su enfoque de negocios con la visión de detectar áreas de oportunidad y participar en parques logísticos, llevándolas a especializarse en nuevas prácticas como: manejo de materiales, almacenamiento, transporte, flujos de información, servicio al cliente, diseño de rutas y nuevas tecnologías.
Y aunque hoy en día existe un fuerte interés de parte de las armadoras por incrementar su base de proveedores asentados en México, a decir de Juan Óscar Ollivier Fierro, académico de la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Autónoma de Chihuahua, nuestro país enfrenta escasez en la materia, resultado de la falta de valoración de oportunidades por desarrollar una industria proveedora de alto valor.
A lo anterior, dijo, se suma que, en muchos de los casos, la toma de decisiones se realiza desde las oficinas centrales de los corporativos o que los insumos reciben exigencias mayores en volumen, precio y calidad, que se complementa con certificaciones.
Ante ese escenario, el académico sugirió la creación de una estrategia orientada a revisar los decretos nacionales en la materia con la finalidad de establecer programas progresivos de integración a mediano y largo plazo, ideales para el desarrollo de la industria nacional.
Recomendó fortalecer los trabajos de apoyo a proveedores locales y la creación de nuevas compañías mediante esquemas de financiamiento, información, capacitación, exposiciones, encuentros de negocios y estímulos fiscales.