Ante la relevancia que ha cobrado cada vez más el mercado de autotransporte mexicano y frente a la importancia de atender los servicios de mantenimiento, evitando menores impactos operativos en las unidades, la proveeduría de partes y servicios se ha convertido en la clave para ser más competitivos en el sector.
De hecho, los fabricantes de vehículos pesados hoy en día se ocupan por mantener un servicio postventa de excelencia, mediante programas personalizados, apoyados de una red de proveedores de alta confiabilidad.
A su vez, las firmas proveedoras buscan fabricar y comercializar productos y servicios acordes a los transportistas mexicanos, que son desarrollados con normas internacionales.
De acuerdo con la Secretaría de Economía (SE), actualmente a industria terminal de vehículos pesados suma 11 empresas fabricantes de vehículos comerciales (pesados) y dos de motores de este tipo de unidades; todas ellas, cuentan con instalaciones productivas en México.
Estas corporaciones, advierte, realizan actividades que van desde el ensamble, estampado y carrocería, produciendo una amplia gama de modelos para satisfacer la demanda del mercado interno y del de exportación.
Señala que para la fabricación de cada unidad, se requiere del orden de 15 mil componentes, de los cuales las armadoras sólo fabrican del 15 al 20 por ciento, lo que significa un amplio nicho de oportunidades para empresas ya instaladas en el país.
Sobre todo, explica, aunque en componentes para vehículos ligeros hay una cierto potencial, en el abastecimiento de partes para unidades comerciales y pesadas la cadena de proveeduría aún es débil.
Al respecto, un análisis realizado en 2007 por la Industria Nacional de Autopartes y la firma consultora AT Kearney, del total de un vehículo comercial fabricado en México, cerca del 75 por ciento se importa de Estados Unidos; en tanto, todos los requerimientos de tornillos y tuercas en este segmento, también se importan.
Según el estudio, ante las ventajas competitivas de nuestro país, en el segmento de vehículos comerciales, aquí predomina un potencial de desarrollar el mercado de tren motriz y electrónica (chasis y carrocería), principalmente.
Por ejemplo, indica, los sistemas electrónicos impulsados por el mercado de la telemática y asistencia del conductor, experimentan un elevado crecimiento, así como la introducción de asientos electrónicos y calefactados; además de los controles de emisiones de los motores a diesel.
Cabe destacar que recientemente Nissan firmó una alianza estratégica con ProMéxico para impulsar el desarrollo de compañías locales de partes, que le permitan reducir sus costos de producción y mejorar su perfil competitivo, tanto en la cadena de suministro nacional, como en sus operaciones internacionales.
“Esto representa un paso importante en el camino para encontrar y desarrollar más proveedores en México. Es una estrategia integral para contar con mayor disponibilidad de partes a nivel local, pero también para todas las plantas de la región Américas, lo que nos ayudará a identificar y priorizar áreas de oportunidad con proveedores que ya están establecidos en México y otros interesados en invertir en el país”, detalló Christopher Styles, director de compras de Nissan Mexicana.
Hoy en día, Nissan en el país cuenta con alrededor de 800 proveedores nacionales, especialmente dedicados a dar servicio y respaldo, Equipo Original, refacciones exclusivas y logística.
Por ello, entre los productos de mayor interés para la armadora japonesa están: materiales (aceros y resinas), molduras con pintura, flocking (material tipo felpa) electrostático y alfombras.
Estos requerimientos, son para atender sus plantas de Cuernavaca y Aguascalientes, en donde se fabrican los modelos NP300 (camiones), Frontier (cuatro cilindros), entre otros vehículos de pasajeros.