La pluma de:
Enrique A. González Muñoz, Presidente del Clúster Logístico y de Movilidad de Guanajuato
Guanajuato lleva décadas posicionándose como un eje estratégico en el desarrollo económico del país, y los sectores de la logística y la movilidad han estado a la altura de esa evolución.
Desde mi experiencia como Presidente del Clúster Logístico y de Movilidad de Guanajuato, puedo decir con orgullo que el estado es pionero en atraer inversiones, no sólo por su ubicación geográfica privilegiada, sino también por el arduo trabajo de empresarios, académicos y autoridades comprometidos con el desarrollo.
El nearshoring es hoy una tendencia que acerca las operaciones a los mercados principales. La realidad es que en Guanajuato llevamos más de 30 años siendo líderes en la relocalización de empresas del sector automotriz, pero también de la agroindustria y las cadenas de frío. Exportamos fresas, ajos y brócolis a Estados Unidos y otros mercados internacionales, mostrando que hemos sido capaces de diversificar nuestra economía.
Sin embargo, el crecimiento exige compromiso. La profesionalización del sector logístico es fundamental. Con beneplácito, he sido testigo de que instituciones, como la Universidad Iberoamericana, se hayan sumado con creces a esta iniciativa, creando cursos y diplomados para formar líderes empresariales en economía circular, gobernanza corporativa y planeación estratégica.
Además, el Instituto Estatal de Capacitación (IECA) ha evolucionado aquellos programas pioneros para la capacitación de conductores de vehículos de carga, incluyendo la ampliación de su infraestructura con dormitorios para facilitar su aprendizaje. Estos esfuerzos, además de fortalecer nuestra mano de obra, mejoran nuestras empresas desde adentro.
Uno de los proyectos más prometedores es Puerta Bajío, un desarrollo industrial que conecta, a través del ferrocarril, el comercio entre Canadá, Estados Unidos y México. Esta infraestructura revolucionará la logística intermodal, disminuyendo el uso de carreteras y optimizando costos. Además, los industriales hemos sensibilizado a la autoridad para complementar el desarrollo de la región con más infraestructura carretera, como la propuesta de construir una autopista entre Silao y San Luis Potosí, que aliviaría la saturación de la carretera 57.
A pesar de estos avances, enfrentamos retos. La falta de un hub logístico en el aeropuerto del Bajío nos obliga a depender de terminales en Querétaro, Jalisco y la CDMX, lo que incrementa costos y congestión vial. Además, el sector de calzado, emblema de Guanajuato, ha sido golpeado por la competencia internacional y los cambios en los hábitos de consumo.
Hoy, ante un escenario de incertidumbre y de reflexión, los sectores de la logística y la movilidad debemos mantener una visión integral que combine los esfuerzos del gobierno, la academia, la iniciativa privada y la sociedad civil.
Convencido de que ello sucederá, estimo que las operaciones logísticas en la región crecerán entre un 15 y 18% para 2025.
Y Guanajuato, además de mantenerse como líder industrial, estará preparado para ser un referente de desarrollo equitativo e inclusivo. Con esta perspectiva, estoy seguro de que podremos aprovechar al máximo la llegada de nuevas inversiones.
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