El traslado de vehículos accidentados en México surgió casi al mismo tiempo que éstos comenzaron a circular por las primeras carreteras del país. Al principio, el arrastre y salvamento se realizaba con lo que se tenía a la mano, según relata Raúl Barrón Ortega, Gerente General de DJ Grúas, empresa de tercera generación que actualmente lleva ese nombre en honor a José Barrón, Fundador de la empresa familiar y pionero en el transporte de grúas.
El sueño de José Carmen Barrón Posas
Con el histórico permiso #3 de arrastre y salvamento otorgado por la Secretaría de Infraestructura en aquellos tiempos, el negocio de “mover autos accidentados” fue emprendido por “Don Jota”, quien empezó su trayectoria en un taller de hojalatería y pintura.
Por necesidad, las autoridades le solicitaron apoyo para improvisar el traslado de vehículos accidentados. En esos primeros años, “Don Jota” fabricaba sus propias unidades para atender la demanda del servicio. Su visión y creatividad sentaron las bases de una empresa y de un segmento de transporte esencial.
Innovación y profesionalización
En su momento, a mediados de los años 70, fue Raúl Barrón Arellano, hijo de “Don Jota”, a quien le tocó asumir las riendas del negocio, siendo reconocido por el gremio al haber sentado las bases de la vida institucional de transporte de grúas.
Barrón Arellano es ingeniero mecánico de profesión y lideró la segunda generación de la empresa, enfrentando los retos del crecimiento y la modernización.
Fue cuando las empresas familiares empezaron a evolucionar, junto con la industria y la normatividad, a modos de trabajo especializados y profesionales.
De la misma manera, gracias a su participación en el Comité de Grúas en la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (CANACAR), fue llevando la batuta en los diálogos para mejorar las condiciones operativas de las grúas a nivel nacional.
Para el año 2002, a invitación de su padre, Raúl Barrón Ortega se integró a la empresa y también al Comité de Grúas, destacándose como promotodel marco legal para reconocer a las grúas como un servicio de transporte, al tiempo que consolidó la reputación de la empresa basada en cobros justos.
El desafío del cambio generacional
Si bien, Barrón Ortega estuvo involucrado en la operación de la empresa familiar desde joven, desempeñando roles como comprador y coordinador de mantenimiento, le tocó tomar las riendas enfrentando uno de los desafíos más comunes: la transición hacia un modelo de gestión moderno. “El cambio generacional fue lo más complicado”, comenta.
Bajo su liderazgo, DJ Grúas evolucionó los procesos administrativos documentados y estandarizó operaciones, logrando que la empresa se adaptara a las demandas de un mercado competitivo. “La profesionalización fue clave, aunque implicó reestructurar el equipo y enfrentar resistencias al cambio. Hoy, tenemos una operación mucho más eficiente”, asegura.
Según el empresario, uno de los momentos más relevantes dentro del sector y como integrante del comité en CANACAR, se suscitó cuando fue promulgada la Ley de Servicios Auxiliares en el Estado de Querétaro, en 2011. Este marco legal estableció regulaciones claras sobre concesiones, equipo, seguros, tarifas y la administración de depósitos vehiculares, lo que representó un avance significativo para el gremio en el país.
Los grandes obstáculos del sector
Barrón Ortega es claro al reconocer que este nicho de transporte ha sido estigmatizado, debido a que otras empresas cobran desproporcionadamente sus servicios. Sin embargo, reconoce también que fue propiciado por los “vacíos legales y normativos”.
“Algunos compañeros obtuvieron permisos con varias razones sociales, pero con el mismo equipo de transporte y depósitos de vehículos. Son los mismos que empezaron a imponer costos altísimos. Hoy, gracias al diálogo con la autoridad y CANACAR, estamos trabajando para volver a la normalidad”, afirma.
Visión a futuro y tecnología de vanguardia Actualmente, DJ Grúas opera con 60 unidades distribuidas en el Estado de México, Querétaro y Guanajuato, ofreciendo servicios de arrastre, salvamento y depósito vehicular, así como de auxilio vial, con tecnología de vanguardia.
Además, ya contemplan un programa de inclusión de mujeres como operadoras de grúas ligeras, respondiendo a las necesidades de un mercado en constante evolución.
En voz de Barrón Ortega, la familia seguirá ofreciendo sus servicios bajo el ejemplo que han practicado su padre y su abuelo, viendo al transporte de grúas como un modo de vida, más allá de verlo como una actividad meramente lucrativa.
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