El Poder del Consumidor solicitó al GDF que realice ajustes al “Programa de Modernización y Movilidad del Sistema de Transporte Público Concesionado”, a fin de garantizar la eficiencia de este servicio en los 18 corredores viales que se pretende respaldar con recursos federales. La asociación civil informó que el reemplazo de los microbuses por autobuses en la Ciudad de México no está logrando reducir los tiempos de traslado, aspecto vital para los usuarios y que es una condición básica para lograr el objetivo planteado por el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, en su reciente visita a Italia: que los automovilistas “dejen estacionado el coche” y usen el transporte público.
Para ello, un factor básico es garantizar que las velocidades de los autobuses sean en promedio de 25 kilómetros por hora, en condiciones seguras para usuarios y peatones. Esto significa garantizar que cuenten con carriles exclusivos, los cuales no sean obstaculizados por congestionamientos, comercio ambulante, carga y descarga de productos, entrada y salida de vehículos particulares o por coches estacionados.
Hasta el momento, estos problemas se presentan en el recién inaugurado Corredor Revolución (de San Ángel a Chapultepec), donde el transporte público tarda una hora en recorrer 10 kilómetros en “horas pico”, lo que representa una velocidad promedio de 10 km/h. Con un carril preferencial, los autobuses podrían hacer el recorrido en 24 minutos.
De igual forma, en el corredor Congreso-Viga-Tepito (de Escuela Naval Militar a Martín Carrera) el transporte público tarda 2 horas en recorrer 24 kilómetros, con una velocidad promedio de 12 km/h. En condiciones preferenciales de circulación, tardaría 57 minutos.
Asimismo, aunque el Programa anuncia que en los nuevos corredores el transporte público tendrá “carril semiconfinado”, éste no será funcional si se le ubica en el costado derecho de la vialidad.
Un ejemplo es el caso del Corredor Cero Emisiones del Eje Central, donde los trolebuses se ven forzados a disminuir su velocidad debido al congestionamiento vial, ya que otros vehículos invaden el carril “semiconfinado” sobre todo en zonas comerciales (como el Centro Histórico), en las entradas a estacionamientos, en el acceso a servicios y para dar vuelta a la derecha en los cruceros.
“La solución real ha sido colocar los carriles semiconfinados en el centro de la vialidad, como se ha hecho con las líneas de Metrobús. Eso ha permitido que el servicio del transporte público sea más rápido. En Insurgentes se redujeron los tiempos de traslado en 40 por ciento, al bajar de 2:40 horas a 1:25 horas el cruce de la ciudad, de Indios Verdes a El Caminero. Además, los índices de accidentalidad disminuyeron en 30 por ciento”, comentó Gerardo Moncada, director de Transporte eficiente y Calidad del aire en El Poder del Consumidor.
La asociación indicó que estos resultados no se han alcanzado con los nuevos corredores viales, porque las velocidades promedio están lejos de los 25 km/h. En el Corredor Ecobús (Balderas – Santa Fe), sus 18 kilómetros son recorridos por los autobuses en 1 hora 35 minutos, en vez de hacerlo en 43 minutos con un carril preferencial. En el Corredor Villa-Lomas-Paseo de la Reforma, el tiempo de recorrido es de 1 hora 30 minutos para sólo 13 kilómetros, cuando deberían ser 31 minutos. Y en el Corredor Periférico (de Canal de Chalco al Metro Tacubaya), sus 30 kilómetros son recorridos en 1 hora 55 minutos, en vez de 1 hora 12 minutos.
“El Programa de Modernización y Movilidad del Sistema de Transporte Público tiene aciertos, como eliminar las unidades de baja capacidad, establecer paradas fijas y conformar empresas operadoras en sustitución de las concesiones individuales. Pero la mayor prioridad para el usuario sigue siendo un servicio expedito, y eso no se está logrando. Asimismo, tendría que ser explícito que las nuevas unidades de transporte sean de la tecnología más avanzada, que los 18 corredores del programa corresponderán con las rutas que atienden la mayor demanda de pasajeros y que los corredores favorecerán la conexión modal entre líneas de Metro, Metrobús, trolebús, Tren Ligero, Suburbano, RTP o bien con otros corredores”, señaló Daniel Zamudio, coordinador de Transporte Público en El Poder del Consumidor.
Reconoció que es un acierto crear un fideicomiso para respaldar la operación de los concesionarios en los nuevos corredores (Gaceta Oficial del Distrito Federal, 18 de septiembre de 2012), sin embargo prevalece la ambigüedad acerca de los fondos para la creación de una infraestructura realmente de calidad, es decir, que incluya: concreto hidráulico, boyas, balizamiento, equipos para el sistema de prepago, paradas, señalamientos, sistema de control y conteo de pasajeros, centro de control, cámaras de seguridad, entre otros.
Añadió la necesidad de contar con un mecanismo de prepago homologado con el Metro y Metrobús, así como que la autoridad local asuma con mayor claridad y determinación su papel de supervisión y control, para reducir arbitrariedades y abusos en la prestación del servicio de transporte público.
La asociación consideró que existe la oportunidad de reforzar este Programa y ofrecer una solución de largo plazo a los problemas de movilidad en la Ciudad de México. De lo contrario, los nuevos corredores viales serán sólo una medida parcial, insuficiente y con limitados beneficios para los usuarios y para la ciudad.