De acuerdo con Laura Ballesteros, experta en políticas públicas y regulación de movilidad, durante el foro “Oportunidades de un futuro bajo en carbono en México”, destacó que en las últimas administraciones, 73% de los presupuestos locales, como el de la Ciudad de México, se han orientado hacia la inversión en infraestructura para el uso del automóvil, llevando a un aumento del tránsito vehicular.
Ejemplificó que la construcción del segundo piso “fue una decisión discrecional que orientó a nuestra ciudad hacia el uso del automóvil”.
Dijo que los segundos pisos y el ensanchamiento de vialidades responden a un modelo gris de movilidad, que hoy representa 80% de la superficie vial dedicada a los autos y provocó que transiten 5,5 millones de automóviles en las calles de la Ciudad de México.
Por ello, Ballesteros planteó reorientar los recursos destinados a la construcción de infraestructura para vehículos hacia otros modelos de movilidad sustentable y equitativa, ya que 21% de las calles de la ciudad carece aún de banquetas, cuando más del 35% de la población se mueve caminando.
Sugirió tomar decisiones y frenar definitivamente las malas disposiciones aplicando la Ley de Movilidad, y reorientar el presupuesto hacia la infraestructura verde y sustentable (Transporte Público Integrado y Calles Completas y seguras).
Explicó que el diseño de una red verde de movilidad multimodal y segura brindará múltiples opciones de movilidad a las familias capitalinas y permitirá afrontar el reto de reducir 50% las muertes provocadas por hechos de tránsito hacia el año 2021.