Técnicas CESVI: Valuación de pérdidas totales en camiones

El valuador analiza los daños del vehículo y las políticas de la compañía aseguradora para determinar una pérdida total

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La valuación de daños en pérdidas totales de vehículos pesados es un proceso clave para determinar el valor real de las afectaciones que presenta un vehículo tras un siniestro grave, ya sea por accidente, incendio u otra causa. Este procedimiento es fundamental para que aseguradoras, propietarios y empresas de transporte gestionen correctamente las indemnizaciones o reposiciones.

Proceso de valoración de daños en pérdida total de camiones

1. Revisión de documentación

Verificar que el vehículo cuente con la documentación necesaria para iniciar el proceso de valoración de los daños.

  • Orden de admisión.
  • Inventario.
  • Fotografías.
  • Presupuesto proporcionado por el taller reparador (opcional).

2. Valoración del daño

Se comparan los costos estimados de los procesos de reparación con el valor comercial del camión.

Si el costo de reparación supera el 75% del valor comercial, se considera pérdida total (de acuerdo con los criterios establecidos por la compañía aseguradora).

3. Determinación del valor comercial

Se calcula el valor del camión antes del siniestro, considerando factores como:

  • Marca, modelo y año.
  • Kilometraje.
  • Estado general (mecánico, eléctrico y estético).
  • Equipamiento especial adicional (grúas, sistemas de refrigeración, etc.).

Pérdida total

La determinación de una pérdida total en un camión se realiza evaluando diversos puntos clave que permiten identificar si el vehículo es irreparable o si los costos de reparación superan su valor comercial. Algunos de los principales aspectos que se analizan son los siguientes:

1. Daños estructurales

  • Chasis: Grietas, deformaciones severas o torceduras que afectan la integridad del bastidor.
  • Cabina: Desplazamientos, colapsos o daños irreparables en la estructura y accesorios.
  • Piso y largueros: Fracturas o deformaciones que comprometen la estabilidad del vehículo.

2. Sistema de suspensión y dirección

  • Ejes dañados o desalineados que impiden la estabilidad.
  • Componentes de la dirección (caja, varillaje, rótulas) con daños críticos.
  • Desgaste extremo o fracturas en ballestas, amortiguadores o resortes.

3. Tren motriz y transmisión

  • Motor: Daños internos graves como bloque agrietado o cigüeñal roto.
  • Caja de cambios: Deformaciones o fallos que afectan el funcionamiento.
  • Ejes de transmisión doblados o colapsados.

4. Sistema eléctrico y electrónico

  • Cortocircuitos graves que afectan la totalidad del sistema.
  • Unidades de control electrónico (ECU) dañadas sin posibilidad de reprogramación.

5. Sistema de frenos

  • Circuitos hidráulicos o neumáticos destruidos.
  • Componentes clave como compresores, válvulas o cilindros severamente dañados.

6. Sistema de combustible

  • Tanques deformados, perforados o con fugas irreparables.
  • Líneas de combustible dañadas de forma crítica.

Teniendo en cuenta los puntos anteriores, el valuador deberá de prestar atención a los daños que presenta el vehículo, así como a las políticas de la compañía aseguradora para poder determinar si el vehículo es pérdida total.

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