Definitivamente era imposible prever el efecto del COVID-19 en las cadenas de suministro. En general, se esperaba un ambiente económico desfavorable con una fuerte contracción de los flujos de efectivo y caída de las ventas en todos los sectores. El panorama nos llevó a planear acciones para una economía estática pero el comercio electrónico dio la gran sorpresa a la logística y obligó a la reactivación de las cadenas de distribución.
El impacto para la logística y la última milla fue tremendo, debimos usar todos los recursos disponibles, la demanda sobrepasó al mejor Hot Sale o Buen Fin de cualquier año previo.
Amazon anunció abiertamente contrataciones, las paqueteras subieron de 10 a 20% sus plantillas, Mercado Libre rompió récords de ventas, tiendas departamentales tuvieron gran éxito en sus ventas nocturnas.
Se dice que el comercio electrónico avanzó en Latinoamérica, lo proyectado para los próximos tres y hasta cinco años. En México, algunos estudios arrojan que se creció 112%, que 40% de los usuarios fueron primerizos y que de estos el 73% tiene intención de recompra.
Columna invitada de Ignacio A. Szymanski, videpresidente de #SoyLogístico.