Para lograr una verdadera transición hacia un transporte más limpio y eficiente, México necesita retirar de circulación al menos 7,500 unidades obsoletas del autotransporte anualmente. De acuerdo con la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), alcanzar ese objetivo requeriría una inversión pública anual de entre 3,000 y 4,500 millones de pesos en programas de renovación vehicular.
En voz de su presidente ejecutivo, Rogelio Arzate, la ANPACT planteó que la modernización del parque vehicular es un paso clave para reducir la huella de carbono del sector transporte, que representa una proporción significativa de las emisiones contaminantes del país.
El gran reto no es la falta de tecnología. Las unidades con los más altos estándares ambientales ya existen, están disponibles y listas para su comercialización. Lo que se necesita es voluntad política, un plan nacional y presupuesto”, explicó Arzate durante el 3er Encuentro de Tecnología y Movilidad Sostenible organizado por la Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP).
Tecnología hay… falta financiamiento
Actualmente, en el país circulan vehículos de carga con más de 20 años de antigüedad, lo que impacta negativamente en la seguridad vial, la competitividad logística y el medio ambiente. Las unidades nuevas cumplen con la norma EPA 10 y tienen la capacidad de reducir drásticamente (más del 50%), las emisiones de material particulado y óxidos de nitrógeno provenientes del transporte.
ANPACT estima que si se logra reemplazar cada año esas 7,500 unidades obsoletas del autotransporte –alrededor de 6,000 unidades de carga y 1,500 de pasaje-, por vehículos modernos, el país avanzaría de forma efectiva hacia una logística más sustentable y alineada con sus compromisos internacionales en materia climática.
Hacia una política pública con visión ambiental
La Asociación llamó a crear un programa permanente de renovación vehicular con visión climática, enfocado especialmente en apoyar a las micro, pequeñas y medianas empresas transportistas, que suelen carecer de acceso a financiamiento.
El transporte es clave para el desarrollo económico del país, pero también para su futuro ambiental. La inversión en renovación vehicular es una inversión en salud, competitividad y sustentabilidad”, enfatizó Arzate.
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