Vehículos eléctricos

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Alternativa para disminuir las emisiones contaminantes
El vehículo eléctrico es una alternativa viable para el transporte de personas y bienes. Los primeros experimentos con VE empezaron en Europa en 1830. La R. David construye en Inglaterra la primera unidad del tipo en 1873.

Posteriormente, en 1909 aparece el modelo T de Ford con motor de combustión interna, el cual domina el mercado. La investigación hacia los motores de combustión interna, la mejora en las gasolinas y las mayores prestaciones de estos motores, le permiten tener mejor potencias y sobre todo mayor autonomía que otras máquinas de poder.

Hacia 1930, la fabricación de VE se detiene, desde entonces sólo son usados para propósitos específicos y en circunstancias restringidas. En algunos países se tienen severas restricciones de gasolina,  por lo cual se buscan alternativas, por ejemplo, en 1949 existían tres mil 99 VE que representaban el tres por ciento del total de automóviles; sin embargo, para 1954 casi habían desaparecido al aliviarse las restricciones sobre gasolina.

En 1970, Alemania se integra al desarrollo del VE y en otras naciones se generan organismos y centros de investigación sobre estas unidades y baterías. En California, Estados Unidos, se propone una normatividad, la cual estipula que un porcentaje creciente de las ventas de vehículos en esa entidad sean eléctricos (dos por ciento para 1998, cinco por ciento en 2001 y diez por ciento hacia 2003).

Categorías más comunes

1  Vehículos eléctricos ligeros (LEV)

2  Vehículos eléctricos con carrocería convencional

Vehículos eléctricos ligeros (LEV): Son generalmente unidades pequeñas de dos plazas, hechos de fibra de vidrio, termoplásticos o materiales compuestos de aproximadamente 2.5 metros de longitud con un peso de 290 a 600 kilogramos. Tienen una demanda de energía entre nueve y 20 kwh/100 km, desarrollan una velocidad máxima de 50 a 90 km/h, y generan un alcance de entre 30 y 90 km,  dependiendo de la forma de manejo. Generalmente, son alimentados con baterías de plomo-ácido y son comúnmente vendidos en Australia, Dinamarca, Alemania, Suiza, Estados Unidos y México.

Vehículos eléctricos con carrocería convencional:
Son de dos tipos:

a  Los convertidos de vehículos de
combustión interna
b  Diseñados desde su origen como VE.

Los vehículos de combustión interna convertidos son la forma más barata para probar trenes motrices y baterías. La desventaja es que fueron diseñados para funcionar a gran velocidad y potencia,  por lo que su autonomía y eficiencia son bajas.

Los diseños desde su origen como VE, tienen la gran ventaja de que los diferentes elementos son diseñados para ser utilizados en un VE, tales como: los neumáticos, así como materiales de la carrocería y el chasis, por esta razón son más eficientes y tienen mayor autonomía.

La fuente de poder o energía

La fuente de poder más común en los VE son las baterías, las cuales deben tener las siguientes características:

Alta potencia específica.
Prolongado ciclo de vida.
Bajo costo.
Seguridad.
Mantenimiento simple.
Habilidad para ser reciclada.
Sin riesgo de causar contaminación ambiental cuando sean desechadas.
Habilidad para proporcionar una correcta estimación de la energía remanente.
Baja autodescarga.
Habilidad para recarga rápida.

Las nuevas baterías deberán tener una mayor energía específica, entendida como la cantidad de watts-hora de electricidad que el artefacto ofrece por kilogramo de masa para una tasa de descarga específica.

La potencia específica es el número máximo de watts (por batería) que puede transmitir en un estado específico de carga.
Algunos investigadores sugieren que los vehículos eléctricos podrían utilizar un par de baterías, una principal para suministrar energía y otorgue autonomía a la unidad, y otra batería pequeña que suministraría potencia al acelerar y subir cuestas.

Las baterías más utilizadas en los VE son las de plomo-ácido. Sin embargo, también se usan las de níquel-cadmio, sodio-azufre, níquel-hierro, y  nitruros metálicos.

El mayor problema para el desarrollo de este tipo de vehículos es su baja autonomía, siendo las baterías causa de dicho problema.
El ciclo de vida (número de veces que la batería puede ser recargada), es también importante. Idealmente la vida de la batería debería ser la misma que la del vehículo; no obstante, éstos tienen una vida relativamente larga (alrededor de 15 años), mientras que la tecnología actual de baterías implican una vida máxima de tres años.

Otro factor importante es su estado de carga (nivel de energía) antes de la recarga, ya que ésta afecta la vida de la batería. Por ejemplo, las fabricadas de plomo- ácido pueden recibir cargas superficiales (parciales) alargando su vida; las de óxido de níquel requieren de una carga completa para volver a funcionar; en las de sodio-azufre su vida se relaciona con el número de ciclos de recarga a que es sometido, independientemente del estado anterior de carga y de la profundidad de los periodos.

Ventajas
1  Utilizan una energía alternativa.
2  Son más eficientes que los motores de combustión interna.
3  No producen emisiones contaminantes en el lugar de operación.
4  Tienen costos de mantenimiento menores.
5  Son más confiables que los motores de combustión interna.
6  Fáciles de manejar.
7  Menos sistemas que los de combustión interna.
Desventajas
1  El costo inicial es alto comparado con los de combustión interna.
2  El costo de las baterías es alto.
3  Generalmente son de baja autonomía.
4  Son lentos con respecto a los de combustión interna.
5  Es una tecnología poco conocida por la mayoría de las personas.
6  Se requieren instalaciones para la recarga de baterías.
7  Se necesita capacitación de mecánicos para su mantenimiento.
8  Motor y controles son de importación.

Experiencia en México
Como una alternativa para disminuir las emisiones contaminantes, varias empresas que tienen flota vehicular propia han optado por el uso de vehículos eléctricos como una buena opción, principalmente en lo que se refiere a distribución de sus productos, entre ellas, firmas  refresqueras y de alimentos.
Los primeros vehículos fueron importados de Estados Unidos, desarrollados originalmente para ambientes industriales y propósitos recreativos (campos de golf), pero con el tiempo fueron adaptados y después armados en México, principalmente enfocados a un nicho específico del mercado, distribución de mercancías.

Algunas características de estos vehículos son:

Su velocidad máxima es de 50 km/h.
Su capacidad de carga de 600 a 1500 kilogramos.
Son alimentados por seis, ocho o 12 baterías.
Tienen autonomía de 105 a 220 minutos.
Las baterías son de plomo-ácido.

Las compañías que los utilizan reconocen que los VE son una buena alternativa para la reducción de emisiones y en algunas de sus zonas son la forma más eficiente de realizar sus operaciones de distribución.

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