Recientemente, Volvo Trucks anunció la construcción de una nueva planta de ensamble en Nuevo León, un paso clave que refuerza sus objetivos de expansión y consolidación a nivel global y que refrenda la confianza que la armadora sueca tiene en el mercado mexicano.
En estas instalaciones, que se ubicarán en el municipio de Ciénega de Flores, se fabricarán camiones convencionales, con motor frente a cabina, de las marcas Volvo y Mack. El objetivo es que estos vehículos se sumen a la capacidad productiva del Grupo en Norteamérica, a través de sus plantas en Virginia y Pennsylvania, en Estados Unidos.
Los camiones fabricados en México no sólo atenderán la creciente demanda de unidades en la Unión Americana, sino que también tendrán un impacto directo en la región. La marca sueca ha confirmado que los camiones Volvo y Mack que se ensamblen en esta planta estarán destinados a la exportación, y de manera paralela los camiones Mack cubrirán también las necesidades del mercado mexicano y de América Latina.
Con una extensión de más de 150 mil metros cuadrados de área techada, esta planta de Nuevo León, cuyo inicio de operaciones está previsto para 2026, contará en su etapa inicial con aproximadamente 500 colaboradores, número que crecerá hasta alcanzar alrededor de 2,800 empleados.
Punto estratégico y logístico
En entrevista con Alianza Flotillera, Rafael Kisel, Presidente de Volvo Group México, explicó que la elección de Nuevo León como sede para la nueva planta se basó en las eficiencias logísticas que ofrece la región para las ventas del suroeste y oeste de Estados Unidos, y de México y Latinoamérica. Aunque se consideraron otras ubicaciones dentro de México, la infraestructura logística de esta entidad fue determinante para la decisión final.
“Necesitábamos una ubicación que, desde el punto de vista logístico, facilitara la importación desde Estados Unidos de materiales necesarios para la fabricación, la adquisición de insumos en México y la exportación del producto terminado al mercado estadounidense. En ese sentido, Nuevo León cumplía con todos estos requisitos”, detalló.
Para el proyecto de construcción de la planta, se tomó en cuenta la disponibilidad de recursos esenciales como agua y energía eléctrica, ya que será una instalación integral con áreas dedicadas a ensamble, fabricación de cabina y pintura. Asimismo, se consideró la disponibilidad y la alta calidad del capital humano, tanto para las labores de ensamblaje como para las áreas administrativas y de gestión.
Compromiso con el mercado mexicano
Esta nueva planta estará equipada con la tecnología de punta que caracteriza a Volvo, y los vehículos que allí se fabriquen contarán con la reconocida calidad de la marca. Además, los clientes tendrán acceso a toda la gama de servicios de Volvo, como contratos de mantenimiento, refacciones y la plataforma Volvo Connect.
“Será una planta que reflejará todo lo que Volvo representa, no sólo en términos de los productos que se ensamblen, sino también en cómo establecemos una instalación que respete el medioambiente, valore a las personas, fomente el trabajo comunitario y actúe como una empresa socialmente responsable, trayendo consigo nuevas inversiones”, afirmó Kisel.
El ejecutivo también destacó el reconocimiento y confianza que los clientes mexicanos han depositado en Volvo, gracias a la durabilidad y calidad de sus productos, subrayando que este compromiso es recíproco.
La atención y servicio en México para los camiones Volvo y Mack continuarán garantizado el mejor servicio posventa a través de su red actual de ocho distribuidores con 28 puntos de servicio a nivel nacional.