El Instituto de Recursos Mundiales México (WRI México, por sus siglas en inglés) creó, bajo la supervisión de la Asociación Mexicana de Autoridades de Movilidad (AMAM), el anteproyecto de la Política Nacional de Transporte Público Colectivo que busca generar nuevos modelos de planeación y gestión del transporte público de las ciudades mexicanas.
El propósito de este documento es ofrecer una guía a las autoridades locales para que, de acuerdo con su propia realidad, puedan ofrecer a la población un servicio de transporte público de mejor calidad, financieramente sostenible y con un menor impacto en las emisiones contaminantes.
En el anteproyecto se identifican varias acciones mínimas necesarias para cambiar el modelo actual de concesiones individuales (hombre-camón) hacia otros más robustos, como de agrupaciones o empresas que puedan ofrecer un servicio de forma coordinada, planificada con mayor participación y supervisión. Es decir, se pretende que haya una integración de la operación del transporte público.
La problemática actual
El documento destaca el papel que juega el transporte público en los derechos constitucionales de los habitantes y que impactan en su movilidad, desarrollo y economía familiar. Esto lo explica Samaniego, director ejecutivo de WEI México, “Los hogares destinan promedio mil pesos en transporte público y 7 mil en transporte en general al trimestre. Las familias en el décimo decil, los de ingresos más altos, destinan en promedio un 11% de su ingreso en transporte, mientras que las familias en el primer decil, los de ingresos más bajos, gastan en promedio un 21%. Esta situación agrava la desigualdad de ingresos, por lo que es necesario contar con un transporte público más eficiente y asequible que reduzca la carga a los bolsillos de las personas en México”.
La falta de coordinación y el desarrollo urbano sin previsión a la movilidad han hecho que el servicio de transporte se haya deteriorado con el tiempo. Actualmente, el transporte público presenta diversas problemáticas derivadas de la gestión de las últimas décadas, como, por ejemplo, altos índices de accidentes, saturación vehicular, obsolescencia, superposición de rutas, falta de capacitación de operadores, inseguridad, impacto ambiental y falta de integración con las necesidades de movilidad.
Compromiso conjunto
Los cambios que propone el anteproyecto firmado por ambas instituciones pretenden que las autoridades gubernamentales y organizaciones relacionadas con el transporte público busquen adoptar las mejoras necesarias para dar un servicio de calidad.
TE PUEDE INTERESAR: Estos fueron los problemas que la AMAM escuchó de los transportistas