Transportes eficientes |
Es mucho lo que se ha escrito sobre la necesidad de ahorrar energía y los problemas que habremos de enfrentar en el futuro si no reconocemos desde ahora que cada vez es más costosa. Por ello, que en esta ocasión hablemos de la importancia que tiene el contar con óptimas condiciones en infraestructura y vialidad para la movilización del transporte terrestre, condiciones traducidas también en una mejor eficiencia de los vehículos. |
Es así que comentaremos brevemente, la forma en que podrían contribuir en el rubro tanto el gobierno federal como las autoridades locales, empresas transportistas, operadores, y toda la sociedad en su conjunto.
Gobierno federal
El marco jurídico mexicano que rige las políticas gubernamentales en materia energética presenta características tales que, en vez de que la infraestructura de transporte se vea directamente beneficiada de los altos precios del petróleo que exportamos, ha visto paulatinamente reducido su presupuesto conforme pasa el tiempo, cuando debiera suceder lo contrario.
Lo anterior, dado que el transporte representa un sector directamente relacionado con el uso eficiente de nuestros energéticos. Si tuviéramos una mejor infraestructura carretera, los vehículos automotores habrían de circular de manera más eficiente, equilibrando potencia y velocidad, permitiendo un considerable ahorro en el consumo de gasolina y diesel, producto de evitar pérdidas de tiempo en filas para realizar el pago de peaje.
Asimismo, las bajas velocidades del tráfico intenso que presentan en ocasiones autopistas y carreteras saturadas de vehículos, nos obliga a desperdiciar el tiempo y los energéticos que cada vez son más escasos.
La misma situación se observa, por ejemplo, en la vialidad urbana de las grandes ciudades, en las que altas concentraciones vehiculares generan contaminación, así como el pasar tiempo innecesario al volante y por lo tanto, un desperdicio de hidrocarburos ; es decir, en vez de que se contribuya a un círculo virtuoso en el que una mejor infraestructura conformada por autopistas y vialidades rápidas de circulación continua contribuyan a menores tiempos de traslado, recorridos más seguros y menor contaminación que coadyuven a un mayor aprovechamiento de nuestros energéticos, nos encontramos, con una infraestructura carretera escasa y deficiente.
Gobiernos locales
La participación de los gobiernos locales es determinante para lograr un ahorro de energía mediante acciones diversas, algunas de bajo costo como agilizar el tránsito en las zonas urbanas. Para ello, es conveniente que estas instituciones analicen conjuntamente con el gobierno federal el impacto de la afluencia vehicular que llega a las zonas citadinas proveniente de autopistas y carreteras, mismas que generan en ocasiones cuellos de botella representando un verdadero peligro.
A esto, se ha encontrado solución cuando ha sido posible, mediante la ampliación del número de carriles; mientras que a futuro se considera factible la construcción de viaductos y segundos pisos en las zonas de transición entre áreas urbanas y suburbanas de algunas ciudades.
También, se contempla el proyecto y construcción de rutas de ferrocarril suburbano, que al mover masivamente al pasaje proveniente de las periferias citadinas, habrá de contribuir a descongestionar los accesos viales a las zonas céntricas y habitacionales.
En lo referente a transporte público, particularmente el colectivo, éste debe ser suficiente, no subutilizado y operar con verdadera eficiencia.
Una solución en las horas pico, en que se observa una sobredemanda hacia uno de los sentidos de circulación, consiste en mandar de manera selectiva algunos autobuses vacíos de regreso, los que al no hacer paradas, logran ahorros de tiempo, permitiéndole a los concesionarios atender con mayor celeridad a los pasajeros que deben dirigirse hacia la dirección de mayor demanda, pero que ven así mejorado el servicio de transporte público, pues los autobuses pasan más frecuentemente y menos saturados de pasaje.
Otra aportación de los gobiernos locales puede consistir en promover una cultura vial de respeto hacia el reglamento de tránsito y hacia las autoridades responsables de su cumplimiento.
Una contribución adicional, aunque en ocasiones costosa, la ofrece la aplicación de tecnología, que mediante el uso de cámaras, sensores y centros automatizados de control de tráfico, contribuye a regular el flujo vehicular a través de la sincronización de semáforos, asignando mayores tiempos de paso a las avenidas principales en la medida que tiendan a saturarse, sobre todo en las horas pico.
Esta función también puede hacerse en forma mecánica y manual a un menor costo.
Las empresas transportistas
En la búsqueda de lograr un ahorro de energía que se traduzca en mejores beneficios, es nuestra recomendación a los flotilleros y transportistas que inicien tomando una buena decisión con respecto a la selección del tipo de vehículo que deseen adquirir, la cual debe estar siempre en función de sus necesidades y objetivos particulares.
De poner en práctica lo anterior, lograrán un ahorro significativo y permanente de energía y, por lo tanto, un menor costo en sus operaciones. Para ello, cada quien debe iniciar por responderse de manera individual y conforme a la generalidad de sus actividades algunas preguntas como las siguientes:
• ¿Cuál es la naturaleza de la carga
a transportar?
• ¿Cuál es la ruta de operación que prevalece en sus recorridos más frecuentes?
• ¿Cuál es la pendiente máxima por la que se tiene que ascender con mayor frecuencia y qué longitud tiene?
• ¿Cuál es el kilometraje anual estimado para los recorridos de sus unidades?
• ¿Cuánto tiempo y distancia transitan por carreteras y cuánto por ciudades?
• ¿A qué clasificación pertenece la carga que transportan más frecuentemente?
• ¿Qué posibilidades de financiamiento se adapta mejor a sus necesidades?
Analizando posibles respuestas, se recomienda considerar otros aspectos de la misma importancia, referentes a economía y finanzas, así como factores tecnológicos y jurídicos de diversos tipos relacionados con la representación regional de cada marca vehicular.
Adicionalmente, cada transportista debe considerar en la toma de decisiones los beneficios de la homogenización de su propio parque vehicular, sus políticas internas de renovación de flotillas, la proximidad de sus instalaciones al proveedor, el costo y frecuencia de mantenimiento vehicular, y por último, pero no por ello menos importante, el confort y seguridad de los operadores.
También debe ponerse especial atención en la selección del tren motriz del o de los vehículos que se deseen adquirir. Para ello, recordemos que el tren motriz se define como el conjunto de sistemas y elementos que permiten transformar el potencial del combustible que se introduce en el motor, en trabajo y movimiento (energía cinética). Esto, a través de una serie de transformaciones termoquímicas de la energía que es proporcionada por el combustible.
Finalmente, tengamos presente que en la práctica el desempeño o rendimiento vehicular se ve afectado por diversos factores entre los que destacan la pendiente más crítica por la que habrá de transitarse y el peso de la carga máxima que se prevé transportar sin infringir los reglamentos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) al respecto.
De lo anterior, se deriva que un tren motriz adecuado debe cumplir con las siguientes características: Capacidad de arranque en subida, capacidad de ascenso en cuestas prolongadas, velocidad máxima aceptable en diferentes condiciones, y aceleración y capacidad de carga adecuadas a las necesidades.
También hay que tener presente que las piezas que componen el tren motriz (motor, embrague, transmisión, diferencial y llantas), deben tener de manera simultánea características que permitan el funcionamiento vehicular en perfecta sincronización para mejorar el aprovechamiento del combustible a lo largo de la vida útil del autobús o tractocamión.
Como recomendación final a los transportistas en lo referente al ahorro de energía, les sugerimos capaciten a los operadores de sus vehículos en conducción técnica, particularmente en lo referente a los mejores momentos para hacer los cambios de velocidad en función del peso de la carga que transportan, del grado de la pendiente por la que circulen y de la potencia del motor.
Asimismo, les recordamos que no deben descuidar el mantenimiento de sus unidades en tiempo y forma, desde cuestiones tan sencillas como la revisión y cambios de aceite, afinación y presión de aire de los neumáticos, hasta funciones más sofisticadas que nos recomiendan los fabricantes de vehículos.
Ha sido demostrado, sobre todo por taxistas en ciudades medias, que el buen mantenimiento preventivo de los automotores permite un mejor desempeño motriz, un ahorro permanente de combustible y menores emisiones contaminantes.