Para el próximo año la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) no tiene contemplado crear un nuevo impuesto, pero si plantea la creación de una nueva “cuota complementaria” la cual será aplicable a las cuotas del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que ya pagan los consumidores en la compra de gasolinas y diésel, indicó Fernando Villarreal, especialista de la firma de consultoría GLF México.
En entrevista con Alianza Flotillera, detalló que la nueva cuota busca aumentar la recaudación tributaria del IEPS de combustibles cuando el precio del petróleo sea bajo, con el objetivo de seguir apoyando sus programas sociales y contar con los recursos para cumplir con el Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) para el Ejercicio Fiscal 2020.
El especialista explicó que las cuotas complementarias, que de acuerdo con la SHCP están previstas la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios en el artículo Segundo, fracción I, inciso D, no son un impuesto sino una contribución que la dependencia determinará de forma unilateral de acuerdo a los precios internacionales del petróleo, la cual comenzarían a cobrarse a partir del primer viernes del próximo año de ser aprobada la Ley de Ingresos de la Federación.
“Hay que recordar que con la pandemia de COVID-19 ocasionó una menor demanda del crudo, lo que provocó un menor precio de venta de este y la reducción en las ventas de combustibles en 2020, lo que implicó una merma en los ingresos del Gobierno Federal por la caída en la venta de crudo y por la baja en la recaudación por concepto del IEPS”, dijo.
En ese sentido indicó que la cuota complementaria, que busca proteger las finanzas públicas, afectará principalmente al sector del autotransporte, pues es un golpe directo a sus finanzas, dado que el diésel es uno de los principales insumos para la operación de empresas transportistas, “es un efecto colateral que alguien va a tener que pagar”.
“Estas medidas no ofrecen seguridad jurídica al autotransporte y coloca a los empresarios de este sector en un escenario complicado, pues tendrán un menor flujo de efectivo, y muchos de ellos ya se encuentran presionados financieramente por los estragos que ha dejado la pandemia del coronavirus. Es una medida que llegó para quedarse a menos que se reforme la Ley”, apuntó.
Estimaciones de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) indican que por cada peso que un transportista cobra alrededor de 30 centavos se invierten en diésel.
“Otro tema es que la acreditación del IEPS contra el ISR retenido que se otorga como estímulo al transporte de carga terrestre también quedó fuera de la Ley de Ingresos de la Federal, esperamos que si salgan as facilidades administrativas el próximo años. Ojalá que se logre a tender este sector que al menos este año tampoco tendrá grandes estímulos para renovación de su flota, según el PPEF 2021“, apuntó.