Fue en 1989, durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, cuando inició el proceso de desregulación del autotransporte federal, un hecho que marcó un antes y un después para el sector, y que a 30 años de distancia ha traído algunos aciertos y desaciertos, aseguró José Refugio Muñoz López, vicepresidente de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar).
A decir del líder transportista durante este proceso, que se dio en una época en la que se realizaban las primeras pláticas del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y se daba la privatización de organismo públicos y de la banca, el objetivo era abrir al sector a la libre competencia.
Detalló que con la desregulación desapareció la estructura que tenía el sector en aquel entonces y lo fragmentó; de ese modo, los transportistas pasaron de ser concesionarios a permisionarios, también desaparecieron las centrales de carga, así como las tarifas y las rutas establecidas y se instauró un régimen fiscal simplificado.
Recordó que otro de los sucesos relevantes que se dio durante esa época fue la desaparición de la Cámara Nacional de Transportes y Comunicaciones (CNTC), dando así paso a la creación de cámaras por cada medio de transporte como la Canacar (29 de septiembre de 1989), la Cámara Nacional del Autotransporte de Pasaje y Turismo (CANAPAT), entre otras.
Agregó que la desregulación trajo algunos efectos negativos para el sector y debilitó el poder de negociación de las empresas, lo que a su vez provocó que las firmas transportistas se volvieran presa fácil de los usuarios, ya que con la nueva estructura éstos pusieron las condiciones del mercado.
No obstante, Muñoz López reconoció que algunos de los aspectos positivos que llegó con la desregulación fue que el sector del autotransporte evolucionó y se convirtió en un eslabón de la cadena logística, llevándolo a representar el 50% del valor de ésta.
“Otro de los aspectos positivos que se dieron cuando se dejó de tener políticas paternalistas y proteccionistas es que se generaron mecanismos que permitieron, con el paso de los años que el sector se valiera por sí mismo y de desarrollará por lo que se también se empezaron a crear esquemas de capacitación y formación de recursos humanos para esta nueva etapa”, expusó.
De acuerdo con datos de la Secretaria de Comunicaciones y Transportes en 1989 en México había 12,095 empresas transportistas. Al cierre del 2018 en nuestro país existían 152 mil 487.
“Hoy debemos buscar la segunda transformación del sector del autotransporte, reconocer su condición y el alto grado de dispersión que existe en él. A través de dicha transformación se debe promover la creación de empresas integradoras formadas por micro y pequeños transportistas, para que puedan ser más competitivas en el mercado”, puntualizó