La actual crisis sanitaria ha propiciado que las empresas transportistas deban salvaguardar la seguridad en dos frentes: la lucha contra el crimen y la bioseguridad que debe preservarse para evitar contagios por COVID-19.
“Se está pasando por rezagos económicas bastante importantes, los cuales claramente sí han afectado a la inseguridad que existe hoy en día en todos los sectores de la industria”, señaló a Alianza Flotillera Alexandro Desfassiaux, de Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial.
En los últimos meses, se han tenido incrementos del 7% en robo al transporte, de acuerdo con cifras de la aseguradora Quálitas, que señala estados como México, Puebla, Veracruz, entre otros como los de más alto riesgo.
Desfassiaux destaca la importancia de emplear la tecnología y el respaldo de personal especializado en seguridad, como es el caso del servicio SmartSafe, una marca de la empresa que consiste en el monitoreo de unidades vehiculares y la implementación de protocolos mediante su centro de monitoreo.
“Lo que nosotros hacemos es que dependiendo de las actividades de cada uno de nuestros clientes nosotros podemos verificar no solamente la ubicación sino establecer protocolos de reacción y recuperación de vehículos”, señaló.
Estos protocolos, dijo, van desde verificar ubicación, escuchar las acciones que se realizan en la cabina del vehículo, hasta la inmovilización de éste para hacer posible la recuperación.
Bioseguridad, necesaria para las operaciones
Otro aspecto al que las empresas tienen que hacer frente es el de la bioseguridad para evitar contagios por COVID-19, algo en para lo que se puede echar mano de tecnología y capacitación del personal de seguridad.
“Buscamos cuidar a su personal para que no lleguen a tener un riesgo de contagio y de que se tenga que mandar otra vez a su personal a cuarentena y les pueda volver a afectar de forma económica”, dijo.
En este sentido, señala que Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial se ha visto en la necesidad de encargarse también de que los accesos a las instalaciones de sus clientes sean seguros, con cercos y filtros sanitarios.
Para ello se echa mano de recursos tecnológicos y humanos que permitan implementar protocolos, como toma de temperatura, verificación de uso de mascarilla, aplicación de cuestionarios y manejo de crisis ante la posibilidad de tener personal con riesgo de contagio.