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La carrera de obstáculos de la electromovilidad

Las unidades eléctricas de carga aún son pocas en el país, situación que tiene solución en atender diversos frentes

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Un tema recurrente en fechas recientes son las olas de calor que han puesto a sudar a la mayor parte de México con sus altas temperaturas, asunto que preocupa a los especialistas por su relación directa con las emisiones contaminantes provenientes de todas las industrias.

Nuestro país ha adquirido compromisos globales para hacer una transición hacia vehículos libres de emisiones y la electromovilidad, así como a limitar el incremento de la temperatura del planeta por debajo de los dos grados centígrados. En este sentido, el autotransporte de carga juega un papel fundamental, pues es responsable del 29.4% del CO2, de acuerdo con datos del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés).

En este contexto, la oferta comercial actual es vasta en el mercado, por lo menos para la última milla. De acuerdo con un análisis de la firma Element Fleet, en México hay una treintena de vehículos disponibles. Las empresas proveedoras han declarado estar listas para el reto, aunque es claro que la carrera de la electrificación no es de rapidez, sino de constancia y resistencia, una tarea propia de maratonistas antes que de velocistas.

No obstante, una plena adopción de este tipo de tecnologías aún se ve lejana. De enero a mayo de 2023 nuestro país registró ventas de cero vehículos eléctricos, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) que son presentadas por la Asociación Nacional de Productores de Autobuses Camiones y Tractocamiones (ANPACT).

En consonancia con este factor, de un universo de más de un millón de vehículos pesados que circulan a nivel nacional, sólo 0.3% son eléctricos e híbridos, de acuerdo con un estudio de la firma Integrate Data Facts (IDT).

La Zona Metropolitana del Valle de México es una de las regiones más avanzadas en este sentido, aunque los vehículos de carga eléctricos también son escasos. Datos del gobierno de Ciudad de México señalan que existen dos mil 500 vehículos de carga eléctricos en un universo de alrededor de 200 mil, es decir, sólo el 1.25% son libres de emisiones.

Los principales proyectos son los de las empresas de mayor tamaño, como es el caso de Grupo Modelo, que según su informe ASG cuenta con 88 unidades eléctricas, en un proyecto que si bien ha implicado una reducción de 132 toneladas de emisiones de CO2 en seis entidades, los retos han sido cuantiosos.

Y es que el camino hacia la electromovilidad en México parece ser no sólo una carrera de fondo, sino también de obstáculos, donde el consenso es claro: la adopción de esta tecnología es multifactorial, un ecosistema que va más allá de sólo adquirir un vehículo eléctrico, cosa que de inicio implica trabajo, capacitación e inversiones.

Metas congruentes

Guillermo Rosales, presidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), reconoce que aún es importante la brecha de precios de los vehículos eléctricos y los convencionales, situación que podría revertirse una vez que las
tecnologías avancen en costos de manufactura y en el desarrollo de baterías.

“Hay una demanda muy incipiente de camiones de carga, sobre todo de la última milla, que ha venido avanzando en los últimos años, aunque resulta ser todavía muy menor”, señala sobre la electromovilidad.

Cassiano De Stefano, presidente Grupo Modelo, destaca que la compañía colaboró de cerca para la creación de sus propios vehículos eléctricos, con la finalidad de llegar a un proyecto que fuera sustentable y económicamente viable.

En el país hay fabricantes que ya tienen en circulación vehículos comerciales eléctricos, a los que se suman proveedores de electromovilidad que son convertidas o desarrolladas para atender una empresa en específico, como es el caso de MegaFlux o Questum.

Adicional a este reto está el de la infraestructura de recarga, que a decir de Soqui Calderón, directora regional de sostenibilidad de Grupo Modelo, en esta región del mundo aún hay un rezago importante, por lo que es necesario trabajar de la mano con autoridades para resolver la disponibilidad. “Estamos dando el primer paso, pero nosotros como compañía no lo podemos hacer solos”, señala.

En México existen proveedores de infraestructura eléctrica como VEMO, Voltway o Evergreen, sólo por mencionar algunos, mismos que trabajan de la mano con los proveedores de soluciones integrales y gestión de flota, como es el caso de Element Fleet
Management.

En este sentido otra pieza fundamental del ecosistema es la misma proveeduría de la energía eléctrica, así como su origen, en un país como México que genera el 61.77% de electricidad con energía proveniente de fuentes fósiles, de acuerdo con la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Para Miguel Elizalde, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), la principal necesidad para impulsar la electromovilidad es conformar una política pública con metas realistas, congruentes y técnicas.

“Si tenemos una meta para el número vehículos eléctricos en el país, también debemos tener en cuenta cuántas estaciones de carga habrá, de cuánto serán las mejoras en la red eléctrica y en cuánto se va a incrementar la electricidad que provenga precisamente de tecnologías renovables”, destaca el directivo.

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