Con esta frase, quiero iniciar mi comentario en turno, ya que encierra una verdad que se aplica en todas nuestras actividades. Como parte de la administración de la flotilla, su mantenimiento conlleva acciones que implican una conciencia que sea respetuosa del medio ambiente, lo cual se ha convertido en los últimos años en una responsabilidad tanto social como legal.
“La mecánica y la limpieza no se llevan”
Actualmente, dentro de la cultura de las empresas que requieren de la utilización de una flotilla, se nota una preocupación y sobre todo, una ocupación en la pulcritud de su operación en aspectos como: unidades, conductores, personal de talleres, talleres y su infraestructura (instalaciones), almacenes, herramienta y equipo.
La limpieza de unidades es en sí la imagen de la empresa, por lo que refleja la calidad del trabajo conjunto del usuario de la unidad y de los responsables de su mantenimiento.
Respecto al mantenimiento, un aspecto a cuidar en particular son las fugas, principalmente las de aceite, las cuales, además de representar riesgos de falla inminente de consecuencias costosas, también lo son de carácter ecológico.
Un lugar que permite detectar con relativa facilidad las fugas en las unidades es su lugar de estacionamiento y si tienen en su “lay out” un lugar fijo, es mejor ya que en el piso se determina hasta dónde llegan y así proceder de inmediato a su reparación.
En cuanto a los conductores, el concepto “Centauro” implica la estrecha relación del conductor y su unidad, por lo tanto de su buena presentación.
Personal
Una cultura de empresa ocupada en el orden y la limpieza, incluye al personal de los talleres. La administración de flotilla considera, en común acuerdo con el departamento de recursos humanos, una partida importante de su presupuesto anual de gastos para uniformes y equipo de seguridad de su personal de mantenimiento, y establece en su reglamento interno la frecuencia de cambio de uniforme.
La presentación del personal es muy importante, pero no hay que perder de vista la productividad y aquí se presenta un reto para el administrador de la flotilla: equilibrar la limpieza de los operarios con el cumplimiento de los programas de mantenimiento y con los objetivos fijados para su departamento.
Talleres
Las regulaciones gubernamentales respecto a la ecología cada vez son más estrictas y con razón. Los talleres de mantenimiento de las flotillas están sujetos a normas ecológicas muy específicas en lo relacionado a la disposición de aceite quemado y sus filtros, la estopa, las baterías y su ácido, el anticongelante, llantas y el líquido de frenos.
Estos conceptos, plantean un reto para el administrador de la flotilla, ya que las sanciones son fuertes por las irregularidades que se detectan en las inspecciones y se pone en la disyuntiva de conservar o no los talleres.
Desde su planeación, las instalaciones deben contar con trampas de grasa en su área de lavado, en las cuales se captan y se recupera todo el aceite y grasa arrastrados por el agua. Existen métodos mecánicos como la absorción del aceite con estolas de un material especial sobre el agua, que son exprimidas en recipientes especiales. También hay medios biológicos como enzimas que degradan el aceite.
Almacenes
El almacenamiento de lubricantes, solventes y pintura, requiere de fosas que no tengan filtraciones y que capten el 110 por ciento de lo que se tenga en existencia, en caso de derrames accidentales. Además, siempre bien tapados para que no se volaticen.
Asimismo, la estopa sucia, si es que aún se utiliza, los trapos con aceite o solventes, que se dan a cambio por otros limpios (como medida de control), se depositan en contenedores a los que se les da el tratamiento indicado.
En la medida de lo posible, todas las refacciones se deben dar a cambio para no generar “existencias paralelas” sin control en su destino, sobre todo las baterías, llantas y filtros usados.
Herramientas y equipo
Una fuga de aire en la línea, en las conexiones rápidas o en las herramientas neumáticas, ¿cómo afecta al medio ambiente? En principio, directamente no, pero origina que el compresor trabaje innecesariamente consumiendo energía eléctrica.
Una rampa hidráulica, para elevar camiones, con fuga de aceite en sus cilindros, además de ser un peligro de daños personales y materiales, representa un agravio al medio ambiente si hay escurrimiento a la coladera.
Es así que para la alta dirección de las empresas propietarias de flotillas, es necesaria una definición del esquema de mantenimiento que más les convenga (interno o externo o mixto) y en cualquiera que sea el caso, no está exento del cumplimiento, en mayor o menor medida, de las regulaciones de la Ley General del Equilibrio Ecológico y de la Protección al Ambiente).
Alfredo Aboytes García
Socio Responsable de la Práctica de Administración de Flota
Cosmo Consulting
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