Alrededor del mundo, las mujeres están impulsando un proceso de reivindicación histórico para reclamar y conquistar espacios de participación y de poder en ámbitos políticos, económicos, religiosos, académicos y sociales que durante cientos de años se les habían negado.
La industria del autotransporte no está exenta de esta lucha. Sin embargo, a pesar de que se ha ganado terreno, aún existen “pisos pegajosos” y “techos de cristal” que mantienen abierta la brecha de género en el sector y que inhiben el desarrollo profesional y el crecimiento económico de las mujeres.
Por tal motivo, es fundamental superar algunos obstáculos que se tienen por delante para cimentar un “piso parejo” entre ambos sexos y que, a su vez, esto permita una legítima igualdad de oportunidades.
Cambio de paradigma
Uno de los grandes retos para la inclusión de más mujeres en el autotransporte es modificar la visión tradicional de las empresas, pues muchas de ellas continúan asociando al sector con la masculinidad.
Lo anterior se debe a una concepción popular que sitúa el transporte de carga y de pasaje como una actividad que requiere de un gran esfuerzo físico, aspecto que se vincula de manera inherente con los hombres.
No obstante, el avance tecnológico de los vehículos pesados permite que tanto mujeres como varones puedan conducir unidades de gran tonelaje de manera óptima, segura y eficiente, explicó Virginia Olalde, Directora de Comercio Exterior y Estudios Económicos de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT).
“Estamos en una etapa histórica donde podemos ver una evolución de la industria y donde las mujeres estamos abriendo camino para que más de nosotras se sumen al autotransporte”, expresó en entrevista con Alianza Flotillera.
En ese sentido, Olalde, quien también es líder de la Red MujerEs Autotransporte ANPACT, agregó que las compañías del sector tienen la oportunidad de cambiar este paradigma con la generación de ambientes propicios para el desarrollo profesional y económico de las mujeres.
Dicha tarea no sólo implica la creación de espacios de trabajo seguros, incluyentes y respetuosos, sino además el otorgamiento de capacitación continua, equidad salarial y oportunidades de crecimiento laboral similares a las de los hombres.
Para ello es esencial que las empresas del sector generen apoyos e incentivos para impulsar la profesionalización de las mujeres, como, por ejemplo, becas de estudio, cursos y talleres de educación continua, aprendizaje de idiomas, inteligencia emocional, entre otras herramientas de especialización y extensión de conocimientos.
El objetivo es que las mujeres no sólo ocupen puestos operativos y de administración, sino que además puedan seguir creciendo para asumir espacios de alta dirección, desde donde podrán tener un mayor impacto en la toma de decisiones del sector.
“Se requieren programas de mentorías para que las trabajadoras no salgan de la industria y puedan desarrollarse en ella. De esa manera, estamos siendo conductoras, dueñas y empresarias del autotransporte”, destacó Olalde.
Asimismo, es sustancial visibilizar las historias de éxito y los programas e iniciativas implementadas por cada empresa, con el fin de que más niñas y jóvenes observen en el autotransporte una opción viable y atractiva para realizar un proyecto profesional de vida.
Cimentar pisos parejos
Otro reto fundamental es hacer consciencia de que en numerosas ocasiones las mujeres tienen ocupaciones que pasan desapercibidas o que no se quieren ver. Por ejemplo, muchas son madres y tienen la responsabilidad del cuidado y educación de sus hijos y de la administración del hogar.
Paola Moncada, Presidenta de la Asociación de Mujeres Operadoras de Vehículos de Carga (AMO), subrayó la importancia de reducir este tipo de desequilibrios y rezagos entre ambos géneros.
“A lo mejor no se ha avanzado a la velocidad que quisiéramos, pero sí se han dado pasos sólidos. Sin embargo, el número o el volumen de mujeres no es lo más importante, sino que las condiciones profesionales sean seguras y que continúen motivando a las siguientes generaciones”, afirmó.
En el caso de las operadoras, resaltó que es necesario el diseño de estrategias que garanticen su integridad física y emocional, con la planificación de rutas y la creación de paraderos seguros, así como un monitoreo y comunicación constante de las unidades, por mencionar algunos elementos.
Tecnología y futuro
Con el avance tecnológico que experimenta la industria es esencial motivar a más niñas y jóvenes a estudiar alguna carrera en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés), pues de acuerdo con cifras de la UNICEF, en México sólo el 35% de los alumnos inscritos en alguna de estas disciplinas son mujeres.
En entrevista para Alianza Flotillera, la doctora Lu Ciccia, especialista en Estudios de Género en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que lo anterior se debe a que diversos espacios públicos, entre ellos el autotransporte, están dominados por una visión masculina, la cual encasilla a las mujeres en tareas de cuidado o relacionadas con ámbitos de formación, lo cual las aleja de áreas de producción de conocimiento.
“No es algo inmediato, pero sí se pueden implementar políticas que garanticen la seguridad de las mujeres en el autotransporte. La representación de más mujeres va a hacer que otras se adhieran a estos espacios”, apuntó.
Mujeres en la industria
En México hay:
4,858 mujeres operadoras registradas
81% operan vehículos de carga
19% conducen unidades de pasajeros
25 mil 700 permisionarias en el país, en ámbitos de carga, pasaje, paquetería y transporte privado.
Las mujeres representan el 11.4% del personal operativo, administrativo y de dirección en la industria del autotransporte de carga y 10.4% del personal en la industria de transporte de pasajeros.
Fuente: INEGI
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