La industria automotriz mexicana solicita al gobierno federal el permiso para que los distribuidores abran sus puertas al público, luego de que en mayo se registrara uno de los peores meses para la comercialización de vehículos pesados en años recientes.
A partir de la crisis sanitaria del COVID-19 se ha restringido la movilidad social y ciertas actividades consideradas no esenciales fueron suspendidas, como fue el caso de los pisos de venta, por lo que se han tenido que realizar vía remota.
“Esto (la apertura) con la premisa de que estamos preparados para hacerlo bajo condiciones de seguridad y confianza en la aplicación de protocolos sanitarios que eviten la propagación del COVID- 19 y protejan la salud de los colaboradores y de los clientes”, dijo Guillermo Rosales, director general adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), quien destacó que a la petición se suman asociaciones como AMIA, ANPACT e INA.
En mayo se registró una caída del 85.5% en ventas al mayoreo, con la comercialización de 677 unidades, mientras que al menudeo la caída fue de 67.5%, con mil 282 vehículos.
En tanto que Miguel Elizalde, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), destacó que aunque la venta no está prohibida, sí es necesario reactivar la actividad de los distribuidores.
“Somos una cadena de valor y una parte importantísima es la distribución, esa parte falta declararse como esencial, la parte de las distribuidoras”, dijo Elizalde.
La expectativa es que en junio se presenten cifras un poco mejores a las de mayo, mientras que el escenario para las ventas anuales se pronostica una caía de entre el 40 y el 47%, de acuerdo con la AMDA.