El arrendar unidades ha cobrado mayor fuerza ante los efectos económicos que ha provocado la crisis sanitaria por COVID-19 (coronavirus), dado que permite a los transportistas enfocar su capital en reactivarse más que si tomarán la decisión de adquirir una nueva.
En ese sentido Javier Cabrera, gerente de Consultores Estratégicos de Element Fleet, explicó que si una empresa planea arrendar unidades para tener un mejor flujo de efectivo, debe de considerar principalmente tres aspectos: las tendencias del mercado, los retos del sector y el financiamiento.
Durante su participación en el webinar “Planes de renovación de vehículos”, organizado por Edenred México, detalló que algunos eventos como la incertidumbre financiera que se veía a principios del 2020, y que se agudizó con la emergencia sanitaria ocasionaron un impacto en la operación de las flotas.
Agregó que con la pandemia se tuvo una mayor volatilidad en el precio del dólar y en el costo de los combustibles, dos aspectos que pegan mucho en el flujo de efectivo y en la operación de las empresas transportistas; el primero porque estas adquieren en dólares algunas refacciones y unidades, y el segundo porque el diésel representa una parte importante en los gastos de operación.
“Ante estos escenarios el tema financiero, la liquidez, el apalancamiento, se vuelven fundamentales. Las compañías buscan un manejo más preciso de sus recursos, y se replantean el modo de llevar a cabo sus operaciones”, comentó.
Pablo Casellas, director de ventas de Megaflotas, indicó que para que una empresa pueda tener una buena estrategia de arrendamiento ésta primero debe de conocer el costo real de su flota y el punto óptimo de remplazo.
Dijo que una de las ventajas del arrendamiento es que si una compañía utiliza este tipo de esquemas su inversión es 30% menor que cuando decide comprar una unidad con dinero propio o a través de un crédito.
Agregó que, si se compara la compra de un vehículo contra el arrendamiento, se puede ver que el costo financiero de este último es 17% menor al del crédito.
“Con el arrendamiento, las firmas transportistas pueden optimizar el uso de los vehículos lo que las ayuda a disminuir el costo total de pertenencia, y a contar con un escudo fiscal de la renta que permanece todo el tiempo en el que tienen la unidad”, puntualizó.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Arrendadoras de Vehículos (AMAVe) el arrendamiento de unidades de transporte pesado tuvo un crecimiento de 47% en el segundo trimestre de este año al compararse con el mismo periodo del año pasado.
Datos del organismo indican que entre abril, mayo y junio de 2020 se arrendaron 6 mil 818 unidades de carga, lo que además de representar un incremento de 47% en su comparación anual, significó un crecimiento de 16% contra el primer trimestre de este año.