Las llantas son el único contacto entre el vehículo de carga y el pavimento, por lo que su óptimo mantenimiento y el cuidado en los detalles son imprescindibles para tener unidades seguras, no subir los costos y mantener un buen rendimiento.
En este sentido, el no mantener una presión de aire adecuada de las llantas puede provocar una caída en su rendimiento de hasta 25% en caso de una presión baja.
Y en caso de que la presión sea alta, la baja del rendimiento es de hasta el 10%, explicó David Zaragoza, gerente de mercadotecnia B2B de Michelin.
En el marco del 5to Foro Latinoamericano de Productividad, Mobil Delvac, Zaragoza señaló que una presión baja también incrementa el consumo de combustible hasta en 2%.
Además, se compromete la seguridad del vehículo, se provocan daños y se reduce la capacidad para renovar el casco en el futuro.
Destacó que la presión adecuada que debe tener una llanta depende del tipo de vehículo, el peso de la carga o el eje donde va el neumático.
En este sentido, es recomendable acercarse a un especialista para determine las características bajo las que se debe operar.
“Al final habrá beneficios por tener nuestras llantas a buena presión, con un buen cuidado y monitoreo de los desgastes irregulares que pudieran generar estas presiones inadecuadas. Esto ayudará mucho a nuestro bolsillo”, dijo.